Los pacientes que sufrieron algún
tipo de infarto que recibieron el anticoagulante fondaparinux tuvieron menor
riesgo de hemorragias y muertes tanto en el hospital como 6 meses después en
comparación con los pacientes que recibieron heparina de bajo peso molecular
(HBPM). Sin embargo, ambos
grupos tuvieron la misma tasa de infartos o ictus.
Reducir las hemorragias en
pacientes que reciben terapia antitrombótica es importante debido a que estas
hemorragias se relacionan con un incremento de la mortalidad. El fondaparinux
se asocia con una reducción de la mayoría de las hemorragias y mejora la supervivencia
en comparación con HBPM en un estudio clínico aleatorio que incluyó pacientes
con infarto de miocardio sin elevación del segmento ST.
El estudio examinó un 36,4 por
ciento de pacientes que recibieron fondaparinux frente al 63,6 por ciento que
recibió HBPM. La tasa absoluta de hospitalizaciones por hemorragias severas era
menor el grupo de fondaparinux que en el de HBPM y supuso una mortalidad del
primer grupo del 2,7 por ciento frente al 4 por ciento del segundo. Los
resultados fueron similares en los dos tratamientos a los 30 y a los 80 días.
La tasa de infartos en el grupo
de fondaparinux era del 9 por ciento respecto al 9,5 por ciento en el grupo de
HBPM a los 30 días y 14,2 por ciento frente al 15,8 por ciento a los 180 días.
La tasa de ictus era baja en ambos grupos. Los resultados fueron similares en
pacientes con varios grados de función renal y en el subgrupo de pacientes con
IMSEST (infarto sin elevación del ST) que sufrieron una intervención coronaria
percutánea.
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