jueves, 29 de julio de 2010

LA PRÁCTICA REGULAR DEL EJERCICIO MEJORA LA FUNCIÓN COGNITIVA

El ejercicio regular aumenta la velocidad de aprendizaje y mejora el flujo sanguíneo al cerebro, segun un nuevo estudio realizado en un modelo de primates no humanos y publicado en la revista Neuroscience. Los monos que realizaron ejercicio regularmente a una intensidad que es la que mejora la condición física en personas de mediana edad, aprendieron a hacer las pruebas de función cognitiva más rápidamente y mostraron un mayor volumen de sangre en la corteza motora del cerebro que los controles sedentarios.
Para el estudio, los investigadores utilizaron monos hembra adultas que corrieron en una cinta al 80% de su capacidad aeróbica individual máxima durante una hora cada día, cinco días por semana, durante cinco meses. Otro grupo de monos permaneció sedentario durante un tiempo similar. Los monos que realizaron el ejercicio aprendieron a realizar una determinada tarea dos veces más rápido que los animales control. Cuando los investigadores examinaron las muestras de tejido de la corteza motora del cerebro, encontraron que los monos adultos que realizaban el ejercicio físico presentaban un mayor volumen vascular que los animales sedentarios.

[Neurosci 2010; doi:10.1016/j.neuroscience.2010.03.003 ]
Rhyu IJ, Bytheway JA, Kohler SJ, Lange H, Lee HK, Boklewski J, et al.

viernes, 23 de julio de 2010

LA SIESTA MEJORA EL APRENDIZAJE

Las personas que hacen siesta y sueñan con una tarea que acaban de aprender, la realizan mejor al despertar que los que no duermen o que los que duermen, pero no tienen ningun sueño relacionado con esa tarea. Estos resultados han sido publicados en la revista Current Biology. A los participantes del estudio se les pidió que aprendieran el diseño de un laberinto tridimensional de modo que pudieran encontrar el camino a una marca (un árbol) desde un lugar aleatorio dentro de un espacio virtual, cinco horas más tarde. A los que se les permitió tomar una siesta, y también recordar lo soñado, encontraron el árbol en menos tiempo.
Los autores proponen que los sueños son un indicador de que el cerebro está trabajando en el mismo problema a muchos niveles. Los sueños pueden reflejar el intento del cerebro para encontrar asociaciones con los recuerdos que podría hacerlos más utiles en el futuro.
No es que los sueños permitan una mejor memoria, sino que son una señal de que otras partes inconscientes del cerebro están trabajando para recordar cómo llegar a través del laberinto virtual.

[Curr Biol 2010; doi: 10.1016/j.cub.2010.03.027]
Wamsley EJ, Tucker M, Payne JD, Benavides JA y Stickgold R

PAPEL DE LA DOPAMINA EN EL COMPORTAMIENTO IMPULSIVO

En un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience se ha demostrado que los niveles elevados de dopamina aumentan la tendencia a optar por la gratificación instantánea, en lugar de esperar una recompensa más beneficiosa, si ésta será más tardía. Esta investigación puede ayudar a explicar por qué la gente afectada por problemas como el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), caracterizado por presentar unos altos niveles de dopamina en el cerebro, tiende a mostrar un comportamiento extremadamente impulsivo. Del mismo modo, pone de relieve por qué este comportamiento puede ser un potencial efecto secundario negativo de la L-dopa, un medicamento que se usa para ayudar a aliviar los síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Para probar el efecto de la dopamina en la toma de decisiones, los autores llevaron a cabo una prueba con 14 voluntarios sanos, con y sin la administración de 150 mg de L-dopa, los cuales tenían que elegir entre recibir pronto una recompensa pequeña o más adelante una recompensa mayor. Se observó que cuando los niveles de dopamina eran elevados aumentaba la tendencia impulsiva, es decir la elección de una recompensa menor, pero inmediata.

[J Neurosci 2010; 30: 8888-8896]
Pine A, Shiner T, Seymour B y Dolan RJ

PAPEL DE LA DOPAMINA EN EL COMPORTAMIENTO IMPULSIVO

En un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience se ha demostrado que los niveles elevados de dopamina aumentan la tendencia a optar por la gratificación instantánea, en lugar de esperar una recompensa más beneficiosa, si ésta será más tardía. Esta investigación puede ayudar a explicar por qué la gente afectada por problemas como el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), caracterizado por presentar unos altos niveles de dopamina en el cerebro, tiende a mostrar un comportamiento extremadamente impulsivo. Del mismo modo, pone de relieve por qué este comportamiento puede ser un potencial efecto secundario negativo de la L-dopa, un medicamento que se usa para ayudar a aliviar los síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Para probar el efecto de la dopamina en la toma de decisiones, los autores llevaron a cabo una prueba con 14 voluntarios sanos, con y sin la administración de 150 mg de L-dopa, los cuales tenían que elegir entre recibir pronto una recompensa pequeña o más adelante una recompensa mayor. Se observó que cuando los niveles de dopamina eran elevados aumentaba la tendencia impulsiva, es decir la elección de una recompensa menor, pero inmediata.

[J Neurosci 2010; 30: 8888-8896]
Pine A, Shiner T, Seymour B y Dolan RJ

CUIDADO CON LA EXPOSICIÓN AL HUMO DEL TABACO

La exposición al humo del tabaco podría estar asociada con unos mayores niveles de angustia psicológica y un mayor riesgo de padecer una enfermedad psiquiátrica en el futuro. Los resultados, publicados en la revista Archives of General Psychiatry, muestran que la exposición prolongada al humo del tabaco aumentaría las probabilidades de trastornos psicológicos, depresión, esquizofrenia y delirio. Para el estudio, los autores recopilaron los datos de más de 5.500 personas no fumadoras y de casi 2.600 fumadoras. Ninguno de los sujetos estudiados presentaba un historial de salud mental al comienzo del estudio, y a todos ellos se les midió los niveles de cotinina en la saliva. Durante los más de seis años de seguimiento, se encontró que el 14,5% de los individuos sufrían de angustia psicológica. Las personas no fumadoras expuestas a altos niveles de humo de tabaco eran casi el 50% más propensas a sufrir de angustia psicológica que las que no estuvieron expuestas.