martes, 18 de noviembre de 2014

Anticoagulante más antiagregante podría elevar el riesgo de demencia

Un exceso de anticoagulación con fármacos antivitamina K, junto con tratamiento antiagregante con aspirina o clopidogrel, podría incrementar el riesgo de demencia en pacientes con fibrilación auricular (FA) que, de por sí, presentan una mayor vulnerabilidad a sufrir deterioro cognitivo. Así lo sugiere un estudio presentado el pasado domingo en Chicago (Estados Unidos) con motivo de las Sesiones Científicas de la Asociación Americana del Corazón (AHA).
La investigación incluyó a 1.031 pacientes sin historia previa de enfermedad cerebrovascular o deterioro cognitivo en tratamiento con warfarina y un antiplaquetario a los que se siguió durante diez años. Tras aislar el efecto de factores de riesgo de ictus o hemorragia, se vio que la incidencia de demencia entre los pacientes que presentaban un INR superior a 3 en un 25 por ciento de las determinaciones era el doble que en aquéllos cuyo INR se situaba por encima de este rango en menos del 10 por ciento de las veces.
Este incremento del riesgo fue superior al asociado sólo a warfarina en un estudio anterior, también del equipo de Jared Bunch, del Instituto del Corazón del Centro Médico Intermountain (en Utah, Estados Unidos). En este caso se vio que los pacientes con FA que recibían warfarina presentaban un mayor riesgo de demencia si su velocidad de coagulación era muy lenta (lo que elevaría el riesgo de sangrado) o muy rápida (lo que aumentaría el de embolia). Así, tanto las microhemorragias como las microembolias cerebrales propiciarían el deterioro cognitivo en FA.
Pero, mientras que la hipótesis de que la repetición de microembolias cerebrales sería el mecanismo subyacente que explicaría la mayor incidencia de demencia en FA está más asentada, la de las microhemorragias como consecuencia del tratamiento sería novedosa, expone Nicasio Pérez Castellano, secretario de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología, que advierte de que los resultados deben ser tomados "con cautela" debido a posibles sesgos.
El paciente con doble terapia, recuerda Pérez Castellano, presenta una carga de factores de riesgo y morbilidad importantes, que dificultarían en gran medida determinar que "la causa de la demencia sea la medicación y no la patología subyacente". Para el experto, el trabajo "supone una advertencia, pero, para confirmarse, serán necesarios estudios adicionales".
EL POSIBLE EFECTO DE LA HTA
Con los datos que al cierre de esta edición se habían comunicado de este estudio, Miguel Camafort-Babkowski, especialista de Medicina Interna del Hospital Clínico de Barcelona, la hipótesis "sería un poco aventurada". Alerta de que la causa más frecuente de los microsangrados sería la hipertensión arterial, que se desconoce si se aisló su posible efecto y su nivel de control. También, asegura, pese a su larga historia en el mercado, "son muy pocos los trabajos que han valorado la existencia de microsangrados con warfarina".
Sin embargo, María Sagrario Manzano, secretaria del Grupo de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), y José María Lobos, coordinador del Grupo de Enfermedades Cardiovasculares de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), coinciden en que los resultados entrarían dentro de lo esperado. "Hay que tener en cuenta que el tratamiento antiagregante asociado al anticoagulante no es que aumente, sino que multiplica el riesgo de sangrado", expone Lobos.
En su opinión, "cabría tener más precaución para evitar la hemorragia, en este caso intracraneal, y utilizar sólo cuando esté claramente indicada la antiagregación junto con anticoagulación". Un caso paradigmático, expone, sería el de los  pacientes con fibrilación auricular, síndrome coronario agudo y stent. Manzano apunta que "es muy frecuente encontrar a pacientes anticoagulados por indicación neurológica y antiagregados por cardiológica". En su opinión, habría que mejorar en la instauración de las medidas de prevención secundaria a través de la colaboración multidisciplinar.
Ligada a la edad
La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente en la práctica clínica y es un factor de riesgo de complicaciones cardio y cerebrovasculares y de deterioro cognitivo. El estudio Prev-Ictus, publicado en 2007 en la Revista Española de Cardiología, mostró que su prevalencia aumentaba con la edad hasta alcanzar al 16,5 por ciento de la población a partir de los 85 años. El estudio se realizó a partir de los datos de 7.108 sujetos.
Los nuevos fármacos serían una alternativa más segura al ‘Sintrom’
Mantener el INR dentro del rango terapéutico es un objetivo con frecuencia esquivo, reconoce el investigador Jared Bunch, del Centro Médico Intermountain, en Utah(Estados Unidos). En España uno de cada tres pacientes anticoagulados no alcanzaría un control adecuado con dicumarínicos, estima José María Lobos, de la sociedad de primaria Semfyc.
En estos casos, Lobos coincide con Bunch en que los nuevos anticoagulantes orales serían una opción a considerar por "su mecanismo de acción más previsible", y porque, frente a los antivitamina K, "reducirían el riesgo de hemorragia intracraneal en más de un 50 por ciento".
REDUCIR FLUCTUACIONES
Estos fármacos "serían tan eficaces o más que los anticoagulantes clásicos, y su seguridad también sería mayor", coincide Nicasio Pérez Castellano, de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Sin embargo, advierte de que, aunque "se entiende que sea así", no hay evidencias directas de que su posible efecto reductor del riesgo de hemorragias se corresponda directamente con la mayor estabilidad anticoagulante y la reducción o eliminación de las fluctuaciones.
http://www.correofarmaceutico.com/2014/11/17/farmacologia/anticoagulante-mas-antiagregante-podria-elevar-riesgo-demencia