viernes, 1 de febrero de 2019

Dapaglifozina para diabetes tipo 1?

El Comité de Medicamentos de uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha recomendado por primera vez un tratamiento oral complementario la insulina para determinados pacientes con diabetes tipo 1. La decisión definitiva sobre la aprobación de extensión de indicación de dapaglifozina (de AstraZeneca) recae ahora en la Comisión Europea.
Dapagliflozina ya está autorizada en la Unión Europea como Forxiga y Edistride para el tratamiento de pacientes con diabetes tipo 2.
Pertenece a una nueva generación de medicamentos para la diabetes llamados inhibidores selectivos de SGLT2 que actúan en los riñones para prevenir la reabsorción de glucosa de la orina al torrente sanguíneo y disminuir así el nivel de azúcar en la sangre.
Nueva indicación
A raíz de los datos de nuevos ensayos clínicos, el CHMP recomienda extender la indicación a ciertos pacientes con diabetes mellitus tipo 1 cuando la insulina sola no proporciona un control adecuado de sus niveles de glucosa en sangre a pesar del tratamiento óptimo con insulinoterapia. Los pacientes considerados para este tratamiento deben cumplir ciertos requisitos y no deben tener un índice de masa corporal (IMC) inferior a 27 kg / m2.
 La EMA recuerda que, a pesar de las mejoras en las insulinas, los sistemas de administración y el control de la glucemia, una proporción de diabéticos tipo 1 no pueden alcanzar o mantener los niveles recomendados de glucosa en la sangre solo con insulina.
La hiper y la hipoglucemia y el aumento de peso son problemas comunes asociados y su esperanza de vida sigue siendo significativamente inferior en comparación con la población general, principalmente debido al mayor riesgo de enfermedad cardiaca. Por lo tanto, existe una necesidad de nuevas terapias complementarias a la insulina para mejorar el control glucémico y otros factores de riesgo cardiovascular.
Aval de los ensayos clínicos
La opinión positiva se basa en datos de dos estudios de fase III con 548 pacientes con diabetes tipo 1. Los resultados mostraron beneficios en el control glucémico, la reducción de peso, los efectos sobre la presión arterial y la variabilidad reducida de los niveles de glucosa.
 Los datos presentados con esta solicitud también muestran que a pesar de las medidas de precaución, existe un aumento considerable del riesgo de cetoacidosis diabética, una complicación potencialmente mortal.
Debido a que el aumento del riesgo es preocupante, el CHMP recomienda limitar el uso dapaglifozina en diabetes tipo 1. En concreto, el tratamiento solo debe considerarse en pacientes con sobrepeso u obesos con un IMC mayor o igual a 27. No se recomienda su uso si existe un bajo requerimiento de insulina. Durante el tratamiento con dapagliflozina, la terapia con insulina debe optimizarse continuamente para prevenir la cetosis y la cetoacidosis diabética, y la dosis de insulina solo debe reducirse para evitar la hipoglucemia.
Además, la agencia indica que este tratamiento solo debe ser iniciado y supervisado por médicos especialistas. Los pacientes deben comprometerse a controlar los niveles de cetona en su cuerpo y deben recibir una formación acerca de los factores de riesgo de esta complicación y sobre cómo reconocer sus signos y síntomas.


Correo Farmacéutico, febrero 1, 2019. https://www.correofarmaceutico.com/farmacologia/aprobaciones/si-de-la-ema-al-antidiabetico-oral-dapaglifozina-para-diabetes-tipo-1.html#

Una ‘vacuna’ basada en glicopolímeros evitaría infecciones hospitalarias

Un equipo de investigadores el Hospital Universitario de Bellvitge y del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), en Barcelona, ha desarrollado una terapia basada en glicopolímeros con la que se podrían evitar infecciones. Estas moléculas son polímeros solubles que se emplean como matriz en la que se insertan unos azúcares a modo de diana de los anticuerpos que se busca eliminar. De esta forma, los glicopolímeros generan inmunidad protectora frente a las infecciones causadas por bacterias Gram-negativas, incluyendo las cepas resistentes a antibióticos. En las infecciones intrahospitalarias, donde los patógenos multirresistentes causan más daño, hay estimaciones de que con esta terapia se evitaría que más de cuatro millones de pacientes ingresados en las unidades de cuidados intensivos (UCI) en todo el mundo desarrollen enfermedades infecciosas y necesiten antibióticos.
Según detalla el responsable de esta investigación, Rafael Máñez, jefe de Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Bellvitge, la diana de esta novedosa terapia son los anticuerpos inhibidores que se unen a la galactosa-alfa1,3-galactosa (anticuerpos anti alfagalactosa), actuando así como una protección de las bacterias Gram-negativas.
“La gran ventaja del tratamiento es que, administrado tanto por vía subcutánea como por vía intravenosa, en una hora y media ya hemos eliminado los anticuerpos inhibidores, lo que permite la actividad inmune que pueda acabar con las bacterias”, explica a DM Máñez. El especialista considera que gracias a esa rapidez este tratamiento puede funcionar a modo de vacuna en los pacientes ingresados por urgencia.
“Hemos demostrado primero en estudios in vitro con sueros humanos que la eliminación de estos anticuerpos potencia la capacidad bactericida sérica contra Gram-negativas como Pseudomonas, Klebsiella pneumoniae, E. coli y Serratia, que representan un 60-70 por ciento de las infecciones adquiridas en las UCI. También, en modelo de ratón in vivo de sepsis grave hemos demostrado que eliminando estos anticuerpos podemos evitar la mortalidad; también, gracias a que se multiplica por más de cien la capacidad bactericida del suero murino”.
Del xenotrasplante a la inmunoterapia para las infecciones
El origen de este hallazgo radica en las investigaciones que Rafael Máñez realizó de forma pionera en Europa, hace años, en el campo del xenotrasplante. “Los anticuerpos que eliminamos con los glicopolímeros, los anticuerpos anti alfagalactosa, son también los responsables del rechazo de los órganos porcinos cuando se trasplantan en primates. Estos anticuerpos naturales contra carbohidratos se producen por la continua estimulación de la microbiota; prácticamente todas las bacterias Gram-negativas que están en la flora intestinal expresan esos azúcares en su superficie y determinan la producción de los anticuerpos. En diversas investigaciones se ha sugerido que se unen con más eficacia a las bacterias Gram-negativas aisladas de sangre humana que a las colonizadoras del colon. Así, parece que los anti alfagalactosa en lugar de protegernos de los microorganismos, impulsan el efecto opuesto: las bacterias los utilizan como un escudo que repele el ataque inmune para eliminarlas. Nuestra hipótesis es que estos anticuerpos, siempre presente en el organismo, aunque en niveles variables, actúan para las bacterias de la microbiota como si fueran un antibiótico. De esta forma, se favorece la aparición de cepas resistentes, que acaban siendo invasivas y causando infecciones”.
Gracias a sus experimentos en el xenotrasplante, Máñez contaba ya con datos sobre la seguridad de estos glicopolímeros. “En los trabajos con primates no humanos me impactó el hecho de que podían eliminar selectivamente los anticuerpos xenogénicos de una forma inocua para evitar el rechazo”.
Estas moléculas han sido patentadas internacionalmente: a comienzos de 2018 se creó la empresa spin-off del Idibell RemAb Therapeutics, que está actualmente ejecutando los procedimientos preclínicos con las autoridades regulatorias y una ronda de inversión, con el objetivo de iniciar los primeros ensayos clínicos de los glicoconjugados en humanos a principios del año 2020. “Son una familia nueva de fármacos, basada en el concepto de la eliminación de anticuerpos como vía terapéutica; de hecho, podrían suponer una alternativa de inmunomodulación útil en un campo amplio de patologías: además de las enfermedades infecciosas, el de las autoinmunes o el cáncer. Con todo, estas moléculas tienen la ventaja de ser totalmente sintéticas, lo que facilita el proceso regulatorio en comparación, por ejemplo, con los tratamientos biológicos”.
Máñez avanza que ya están trabajando para desarrollar este mismo concepto frente a bacterias Gram-positivas, y en especial, estafilococo. Asimismo, el objetivo de los primeros ensayos se centrará en la acción preventiva, si bien el especialista no descarta que este tratamiento tenga un efecto coadyuvante con los antibióticos.


Sonia Moreno, 13 diciembre, 2018. https://www.diariomedico.com/especialidades/microbiologia/una-vacuna-basada-en-glicopolimeros-evitaria-infecciones-hospitalarias.html




La ciencia no encuentra relación entre el ajo y la reducción del riesgo de cáncer

No se puede establecer ninguna relación entre la ingesta de ajo y la disminución del riesgo de cáncer. Así concluye una nueva evaluación de Nutrimedia, un proyecto del Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra (OCC-UPF), realizado en colaboración con el Centro Cochrane Iberoamérica y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt).
La abundancia de mensajes que vinculan el consumo de determinados alimentos y sustancias con la reducción del riesgo de cáncer es fuente de confusión para la sociedad, de ahí que la encuesta de Nutrimedia se haya centrado en uno de estos alimentos, el ajo, y su relación con preventiva con el cáncer.
 Los investigadores de Nutrimedia han analizado la abundante evidencia científica disponible, llegando a la conclusión de que la respuesta sobre esa asociación es hoy “incierta”: con las pruebas disponibles no se puede ni afirmar ni negar que el ajo pueda tener algún efecto protector.
El ajo pertenece al género de plantas Allium (cebolla, ajo, chalotes, puerro, cebolletas, etc.), que se caracterizan por un alto contenido en compuestos organosulfurados y antioxidantes, además de vitaminas, aminoácidos, fructooligosacáridos y otros micronutrientes. Según cómo se procese el alimento, los organosulfurados convierten diferentes derivados a los que se les atribuyen diferentes propiedades saludables. Así, si el ajo crudo se corta o se pica, da lugar a la alicina; con la cocción, en cambio, se destruye la alicina, y liberan adenosina y ajoeno, que actúan como anticoagulantes. Los suplementos de ajo parecen tener un potencial efecto antihipertensivo.
 Las supuestas propiedades anticancerígenas del ajo, como muestra esta evaluación, no están justificadas. El riesgo de padecer cáncer se debe a múltiples factores, tanto genéticos como medioambientales y de estilo de vida. Entre estos últimos, la dieta tiene un importante papel, ya que el mantenimiento de unos hábitos alimentarios saludables podría prevenir alrededor de un tercio de los casos de cáncer.

Diario Médico.com, 21 diciembre, 2018. https://www.diariomedico.com/especialidades/oncologia/la-ciencia-no-encuentra-relacion-entre-el-ajo-y-la-reduccion-del-riesgo-de-cancer.html