lunes, 3 de mayo de 2021

Una de cada cuatro personas tiene efectos secundarios leves tras las vacunas contra el SARS-CoV-2

 

Al margen de los tan difundidos y escasos trombos o escasas complicaciones más graves, una de cada cuatro personas experimenta algún efecto secundario sistémico leve y de corta duración después de recibir una o dos dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech o una dosis de la de AstraZeneca, siendo el dolor de cabeza, fatiga y sensibilidad los síntomas más comunes. La mayoría de los efectos secundarios alcanzan su punto máximo en las primeras 24 horas después de la vacunación y por lo general duran 1-2 días.

Son los resultados del primer gran estudio a gran escala que compara las dos vacunas e investiga la prevalencia de efectos secundarios leves en el Reino Unido. El análisis se publica en The Lancet Infectious Diseases y ha sido realizado por investigadores del King's College de Londres que han utilizado los datos de la aplicación ZOE Covid Symptom Study, con 627.383 usuarios, en los ocho días siguientes a la vacunación. Han encontrado muchos menos efectos secundarios con las vacunas de Pfizer y AstraZeneca que los recogidos en los ensayos.

El estudio, efectuado entre el 8 de diciembre y el 10 de marzo, también informa de una disminución significativa de las tasas de infección de 12 a 21 días después de la primera dosis de las vacunas de Pfizer (reducción del 58%) y AstraZeneca (reducción del 39%) en comparación con un grupo de control. La caída de la infección al menos 21 días después de la primera dosis de Pfizer es del 69% y para AstraZeneca del 60%.

Los efectos sistémicos incluyeron dolor de cabeza, fatiga, escalofríos, diarrea, fiebre, artralgia, mialgia y náuseas, mientras que los efectos secundarios locales -en el lugar de la inyección- incluyeron dolor en el brazo, hinchazón, sensibilidad, enrojecimiento, picazón, calor e inflamación de las glándulas axilares.

RAM más frecuentes

El 25,4% de las personas vacunadas indicaron que sufrían uno o más efectos secundarios sistémicos (excluyendo la zona donde se produjo la inyección), mientras que el 66,2% notificó uno o más efectos secundarios locales (en el lugar de la inyección). El 13,5% informaron de efectos secundarios después de su primera dosis de Pfizer, un 22,0% después de la segunda dosis de Pfizer y un 33,7% después de la primera dosis de AstraZeneca.

El efecto secundario sistémico más común fue dolor de cabeza: afectó al 7,8% tras la primera dosis de Pfizer y al 13,2% después de la segunda dosis, así como al 22,8% de las que recibieron la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca. La fatiga afectó al 8,4% y al 14,4% de los participantes después de la primera y segunda dosis de la vacuna de Pfizer y al 21,1% tras la primera dosis de la vacuna AstraZeneca.

El efecto secundario local más común fue la sensibilidad o molestia en el lugar del pinchazo: 57,2% y 50,9% después de la primera y segunda dosis de la vacuna Pfizer, y 49,3% después de la primera dosis de la vacuna AstraZeneca. Los efectos secundarios eran más comunes entre las personas menores de 55 años y entre las mujeres. Los que habían pasado la infección tenían tres veces más probabilidades de experimentar efectos secundarios después de recibir la vacuna de Pfizer que aquellos sin infección previa y casi el doble de probabilidades después de la primera dosis de la vacuna AstraZeneca; también eran más propensos a experimentar efectos locales.

En los ensayos clínicos de fase III de la vacuna de Pfizer, los efectos adversos más frecuentes fueron dolor en el lugar de inyección (71-83%), fatiga (34-47%) y dolor de cabeza (25-42%); sin embargo, el análisis en el mundo real encontró menos del 30% de vacunados que se quejaron de dolor en el lugar de la inyección y menos del 10% de fatiga y dolor de cabeza después de la primera dosis.

Del mismo modo, en los ensayos de fase III para la vacuna AstraZeneca, se encontraron efectos secundarios sistémicos en el 88% de los participantes más jóvenes (18-55 años) después de la primera dosis, pero los datos actuales rebajan esa cifra al 46,2% después de la primera dosis. Si bien las tasas de efectos secundarios fueron mucho más bajas de lo esperado, las tasas de infección después de la vacuna fueron tranquilizadoras después de dos o tres semanas y en línea con los resultados de ensayos anteriores y de datos recientes del programa de vacunación israelí.

Según Tim Spector, científico principal de la aplicación ZOE COVID Symptom Study y profesor de epidemiología genética en el King's College de Londres, "los resultados muestran hasta un 70% de protección tres semanas después de una sola dosis, lo que es una noticia fantástica, especialmente porque más personas han recibido ya sus segundos pinchazos".

Y Cristina Menni, primera autora del estudio del King's College, comenta que "nuestros resultados respaldan la seguridad de ambas vacunas, con menos efectos secundarios en la población general que los recabados en los ensayos experimentales de Pfizer y AstraZeneca, lo que debería ayudar a disipar las preocupaciones de seguridad de las personas dispuestas a vacunarse".

Redacción. Mié, 28/04/2021 - 13:32

https://www.diariomedico.com/medicina/inmunologia/una-de-cada-cuatro-personas-tiene-efectos-secundarios-leves-tras-las-vacunas-contra-el-sars-cov-2.html

Las vacunas de Pfizer y Moderna registran trombos...

 La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha recibido informes sobre once casos de trombosis con trombocitopenia tras la vacunación con Pfizer, farmacéutica que además confirma que hará falta una tercera dosis con su inmunización, y dos tras el uso de Moderna en el Espacio Económico Europeo (EEE), integrado por la UE, Noruega, Islandia y Liechtenstein, algunos de los cuales ya habían sido observados por diferentes análisis, tal y como adelantaba DM, pero aún no va a abrir ninguna investigación específica y seguirá vigiando, según fuentes del comité regulador.

"Si bien se han informado algunos casos de coagulación de sangre con un nivel bajo de plaquetas, cuando se observan en el contexto de la exposición de las personas a las vacunadas, estas cifras son extremadamente bajas y no generan preocupación” como para iniciar una investigación específica del riesgo de desarrollar trombos con estos dos preparados, que usan la misma tecnología de ARN mensajero", señalan las mismas fuentes.

Los casos reportados refuerzan datos anteriores, extraídos de diversos estudios e incluso del propio organismo regulador, en relación con los efectos adversos hematológicos de las vacunas comercializadas para la covid-19 en Europa -de adenovirus y de ARN mensajero-, y que han sido los que mayor precaución han originado entre las autoridades sanitarias y más incógnitas entre los investigadores.

La semana pasada, tal y como informaba DM, los últimos datos del organismo regulador de medicamentos de la UE señalaban que había habido más de 300 casos en todo el mundo de incidentes raros de coagulación de la sangre combinados con bajos recuentos de plaquetas después del uso de vacunas covid-19 y no sólo con las basadas en adenovirus o vectores virales, sino también con las que emplean ARNm.

Así, el pasado martes se comunicaron 287 incidencias con la vacuna de AstraZeneca, ocho con la Janssen/Johnson&Johnson, 25 para Pfizer/BioNTech y cinco para Moderna, según Peter Arlett, jefe de Análisis de datos de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).

No informaba del número de fallecidos, aunque los recuentos nacionales pueden sumar unos 40 tras haberse puesto casi 40 millones de dosis de vacunas de AstraZeneca. Un dato más reciente, del pasado jueves en The Telegraph, indicaba que en el Reino Unido se habían relacionado 32 fallecidos con los 34 millones de vacunados con una o dos dosis.

Raquel Serrano/EFE. Jue, 29/04/2021 - 14:29

https://www.diariomedico.com/medicina/inmunologia/politica/las-vacunas-de-pfizer-y-moderna-registran-trombos-pero-la-ema-no-abrira-investigacion.html

¿Covid-19 una enfermedad vascular o respiratoria?

 Aunque la creencia más generalizada es que la covid-19 es una enfermedad respiratoria, los autores de un nuevo artículo publicado en Circulation Research explican por qué debe considerarse una enfermedad vascular. El texto describe cómo el SARS-CoV-2 daña y ataca el sistema vascular a nivel celular, y es la causa de complicaciones como la neumonía y el tromboembolismo. Su tesis explica así la gran variedad de complicaciones aparentemente inconexas asociadas a la infección por coronavirus y podría abrir la puerta al desarrollo de tratamientos más efectivos.

La proteína de la espícula (S) del SARS-CoV-2 no solo ayuda al virus a infectar a su huésped al adherirse a las células sanas, también tiene un papel esencial en el desarrollo de la enfermedad. Así lo señalan los investigadores, procedentes de centros estadounidenses (el Instituto Salk, en La Jolla, y la Universidad de California, en San Diego) y la Universidad Jiaotong, de Shanghái (China).

La investigación proporciona por primera vez una explicación detallada del mecanismo a través del cual la proteína daña las células vasculares. Aunque los científicos que estudian otros coronavirus han sospechado durante mucho tiempo que la proteína S contribuye a dañar las células endoteliales vasculares, es la primera vez que se documenta este proceso.

"Mucha gente piensa que es una enfermedad respiratoria, pero en realidad es una enfermedad vascular", afirma el autor Uri Manor, investigador del Instituto Salk. Por este motivo, señala que existen una variedad de secuelas asociadas a la covid-19 que afectan a diferentes órganos y no solo a los pulmones que tienen en común una base vascular.

Para su estudio, los investigadores crearon un pseudovirus que estaba rodeado por una corona clásica de proteína S del SARS-CoV-2 pero que no contenía ningún virus real. La exposición a este pseudovirus provocó daños en los pulmones y las arterias de un modelo animal, lo que demuestra que la proteína S por sí sola es suficiente para causar la enfermedad. Las muestras de tejido mostraron inflamación en las células endoteliales que recubren las paredes de la arteria pulmonar.

Después, el equipo replicó este proceso en el laboratorio, exponiendo las células endoteliales sanas (que recubren las arterias) a la proteína S. Demostraron que la proteína de la espícula dañaba las células al unirse a ACE2. Esta unión interrumpió la señalización molecular de ACE2 a las mitocondrias, causando el daño y la fragmentación de las mitocondrias.

Estudios anteriores han mostrado un efecto similar con la exposición de las células al SARS-CoV-2, pero los investigadores defienden que este es el primer trabajo que muestra que el daño ocurre solo con que las células se expongan a la proteína S.

Naiara Brocal

Dom, 02/05/2021 - 13:20

 

https://www.diariomedico.com/medicina/enfermedades-infecciosas/por-que-la-covid-19-debe-considerarse-una-enfermedad-vascular-y-no-respiratoria.html