Cada vez es más evidente la
importancia de contar con farmacéuticos especialistas de área para atender a
los pacientes ingresados en los hospitales con el fin de mejorar su calidad de
vida, pronóstico y evolución. Un nuevo ejemplo de esta relevancia es la
experiencia liderada por los servicios de Farmacia y de Oncología Ginecológica
del Hospital General Universitario de Ciudad Real, que demuestra que las
intervenciones realizadas entre ambos profesionales inciden sobre la
efectividad y la seguridad de la farmacoterapia de los pacientes oncológicos
(detectando y previniendo interacciones, mejorando la tolerancia a los efectos
adversos o evitando duplicidades terapéuticas).
El objetivo de este trabajo,
en el que se incluyeron 80 mujeres, "ha sido desarrollar una integración
asistencial, una alianza estratégica entre profesionales de los servicios de
oncología médica y farmacia oncológica que permita sistematizar las actividades
que deben desempeñar con la farmacoterapia de las pacientes para mejorar
aspectos como la adherencia, la conciliación y detectar la presencia de
interacciones farmacológicas", informa a CF Marta Rodríguez, farmacéutica
y una de las líderes de este trabajo.
Se detectaron problemas
relacionados con la medicación en el 40 por ciento de las mujeres. Los más
frecuentes fueron interacciones farmacológicas (57 por ciento), incumplimiento
terapéutico (19 por ciento), probabilidad de efectos adversos (10 por ciento) y
duplicidades (7 por ciento).
Las intervenciones fueron:
dar información/educación al paciente, recomendar vigilancia del paciente,
plantear alternativa más segura, recomendar suspender medicamento o
alternativo/ complementario.
Como dato relevante las
autoras destacan que el 93 por ciento de las intervenciones fueron aceptadas.
Hay que señalar que este tipo de tumores "constituyen el 40 por ciento de
los que afectan a las mujeres", según informan a CF José M. Aramendía y
Leyre Zubiri, expertos en Oncología Médica de la Clínica Universidad de
Navarra. "El alto grado de satisfacción tanto de las pacientes como de los
profesionales implicados es motivador para seguir trabajando en esta
línea", destaca Rodríguez.
Con estos resultados se
demuestra, una vez más, la importancia de la integración de este profesional y
de disponer de farmacéuticos expertos por áreas. De hecho, formar a estos
profesionales para especializarles es uno de los objetivos marcados por la
Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria para los próximos años.
MÁS ALLÁ DEL HOSPITAL
En opinión de Eduard Font,
farmacéutico del Instituto Oncológico de Barcelona, "el trabajo es una
muestra de toda la atención farmacéutica que se puede realizar en los pacientes
que reciben tratamientos oncohematologicos, ya sean intravenosos u
orales".
Aramendía y Zubiri creen que
"sería bueno que existiera un farmacéutico con capacidad de atender y
resolver problemas farmacológicos ocasionados con estas pacientes colaborando
con los responsables médicos", aunque lo harían extensible a todo tipo de
tumores. Desde su punto de vista, "hay que garantizar la posibilidad de
que exista un farmacéutico implicado en asegurar el correcto cumplimiento
terapéutico de las pacientes en tratamiento oncológico y en revisar no sólo los
destinados a su tumor, sino el resto de medicación que tome por otras
causas".
Como señala la profesora del
Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU
San Pablo Isabel A. Martín Antoniano, "la presencia del farmacéutico como parte
de esta atención especializada es fundamental, no solo dentro del hospital
realizando un cálculo de la dosis que necesita y la velocidad de su
administración de acuerdo a la situación particular de cada paciente, sino
también fuera del hospital, detectando emergencias y derivando en caso
necesario".
Los efectos secundarios y el
control de las dosis, los puntos más importantes de actuación
Las características propias
de los pacientes oncológicos, en general, y la toxicidad de los medicamentos
hacen que cobre especial importancia la atención farmacéutica, no sólo en la
toma y adherencia sino también en el control de las dosis y en el abordaje de
los efectos adversos. "Son pacientes que reciben tratamientos de diferente
índole: quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia y cirugía, por lo que
reciben mucha medicación", informa José M. Aramendía, de la Clínica
Universidad de Navarra. En general, indica Isabel A. Martín, de la Universidad
CEU San Pablo, “son tratamientos que provocan numerosos efectos adversos, no
solo físicos sino también emocional". De hecho, informa, "la
depresión es la enfermedad concomitante más común en este tipo de
pacientes". Por ello, "detectar sus síntomas en un estadio inicial es
fundamental porque evitará complicaciones mayores o la cronificación".
Además de esta reacción,
"la quimioterapia tiene efecto en el olfato y el gusto, debilita las uñas
y afecta al estómago", por lo que la AF sigue siendo clave tras el alta.
Jesús García Donas, oncólogo médico HM Hospitales, "cree importante el
papel del farmacéutico en el uso de los antieméticos, para prevenir los
vómitos". Estos medicamentos "se aconsejan para prevenir pero la
mayoría de pacientes los toman sólo cuando tienen síntomas, lo que empeora su
calidad de vida. Insistir en la importancia de tomarlos según la pauta marcada
por el farmacéutico es, para el experto, una de las funciones de farmacia tras
el alta hospitalaria".
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