El ácido acetilsalicílico y
otros inhibidores de ciclooxigenasas pueden contribuir a que los tumores dejen
de esconderse del sistema inmune.
Investigadores del Instituto
Francis Crick, en Londres, han comprobado que las células de los cánceres de
colon, piel y mama producen grandes cantidades de prostaglandina E2 (PGE2).
Esta molécula suprime la inmunidad y propicia mecanismos de inflamación que
promueven el crecimiento tumoral.
El equipo dirigido por
Caetano Reis e Sousa, cuyos resultados se publican en Cell, ha demostrado en
modelos murinos que la eliminación genética de la síntesis de ciclooxigenasas
(COX) o de PGE2 hace que las células tumorales sean susceptibles al control
inmune y encauza el perfil inflamatorio del cáncer hacia las vías inmunes
clásicas antitumorales.
"Esta firma
inflamatoria dependiente de COX observada en ratones está conservada en las
biopsias cutáneas de melanoma, lo que indicaría la existencia de una actividad
de COX como promotor de supresión inmune a lo largo de las distintas
especies", señalan los autores en su estudio.
Los datos preclínicos
obtenidos permiten concluir que la inhibición de COX, cuando se añade a una
estrategia de inmunoterapia anti-PD1, incrementa el efecto antitumoral, lo que
supone que "los inhibidores de COX podrían utilizarse como adyuvantes de
las terapias dirigidas al sistema inmune en pacientes con cáncer".
Tomado de Diario Médico.com
Recuperado el 04 de septiembre de
2015 de:
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