martes, 29 de julio de 2014

Escaso resultado en los fármacos que aumentan el colesterol “bueno”

Elevar los niveles de colesterol HDL con fármacos ofrecería nulos o escasos beneficios en la prevención  de la enfermedad cardiovascular (ECV). Al menos, con inhibidores de la CETP, que han caído del desarrollo clínico, mientras que fibratos y niacina tendrían una modesta eficacia en pacientes que no reciben estatinas. Los resultados de un metaanálisis publicados el 18 de julio en British Medical Journal insisten en los reveses de esta línea investigación, aunque los expertos siguen creyendo en el potencial del HDL como objetivo terapéutico y diana farmacológica.
El metaanálisis incluyó los resultados de 39 ensayos en 117.411 pacientes. Aunque las tres intervenciones lograron una elevación significativa del HDL, en pacientes tratados con estatinas ninguna redujo la mortalidad total ni por enfermedad coronaria, infarto de miocardio o ictus.
Entre los que no tomaron estatinas, los fibratos y la niacina (actualmente retirada del mercado), por separado, redujeron la incidencia de infarto de miocardio no fatal. La niacina, además, disminuiría los ictus no mortales.
FRENTE A LOS TRIGLICÉRIDOS
Por tanto, y pese a la preeminencia de las estatinas, el jefe del Servicio Medicina Interna del Hospital La Paz, de Madrid, Francisco Arnalich, señala que se confirma la utilidad de los fibratos y la niacina "especialmente cuando existe un aumento de la concentración de triglicéridos". Pero, para Alberto Cordero, secretario de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología, "ninguna guía recomienda actualmente la monoterapia con fibratos, y ningún ensayo clínico va a analizar esta estrategia, por lo que no debería tenerse en cuenta".
Los autores de la investigación, del Imperial College London, en Reino Unido, entienden que los ensayos contradicen la hipótesis de que la elevación del HDL per se protegería de la enfermedad cardiovascular. Pero, el que los estudios epidemiológicos y de investigación básica hallen un claro papel protector revelaría que "el reto sería obtener tratamientos que conduzcan a partículas de HDL que tengan la misma actividad biológica que las que se sintetizan de forma natural por el organismo", aclara Cordero.
En un editorial acompañante, Leonard Kritharides, del Hospital General Concord Repatriation, en Sidney, Australia, defiende la vigencia de esta línea de investigación. Arguye que un nivel bajo de esta lipoproteína es frecuente en diabetes y síndrome metabólico, que suelen acompañarse de triglicéridos y LDL elevados, con lo que sería difícil cuantificar qué parte del riesgo cardiovascular sería atribuible al HDL.
Precisamente, Cordero es autor de un estudio publicado en abril de 2012 en la Revista Española de Cardiología que demuestra que los niveles bajos de HDL tendrían una mayor asociación con el infarto que los altos de LDL. Además, los pacientes que sufren una complicación cardiovascular pese a tener controlado su LDL con estatinas presentan un mayor riesgo de sufrir un nuevo episodio: "Este fenómeno se ha denominado riesgo residual, y se ha atribuido, en gran parte, a valores bajos de HDL", apunta.
Además, el editorial critica que el metaanálisis se olvide los resultados en subgrupos de pacientes, como aquellos que además de un bajo nivel de HDL presentan hipertriglicemia, en los que habría datos que apuntarían a los beneficios de los fibratos. Estos fármacos tendrían asimismo datos positivos en diabéticos, en la tasa de amputación y retinopatía, y en enfermedad renal crónica, en la que reducirían la tasa de eventos cardiovasculares.
NECESIDAD DE NOVEDADES
Los éxitos cosechados por las estatinas, y la dificultad para relevar a estos fármacos, habría impulsado las investigaciones dirigidas al HDL. Los expertos entienden que, pese a no haber sido demasiado fructífera, aún podría ofrecer nuevos medicamentos que resultaran útiles en la prevención de eventos. Julio Hernández, del Grupo de Patología Cardiovascular de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), explica que, como los fibratos, estas terapias tendrían un papel en segundas líneas en el caso de intolerancia a las estatinas y ante la imposibilidad de controlar el nivel de lípidos con medidas higiénico-dietéticas. Cordero, Calabuig y Hernández coinciden en que cabría pensar en que lograran un efecto potenciador y complementario a las estatinas.
Pero, hasta que la I+D no tenga éxito, todos hacen hincapié en que en la elevación del HDL el estilo de vida es crucial. El abandono del tabaquismo, combatir la obesidad y el ejercicio serían medidas con eficacia probada e incluso, añade Arnalich, el consumo moderado de alcohol. Para Calabuig, el principal reto es la dificultad para cambiar hábitos de vida:"Lo que más falla no son los medicamentos o los médicos, sino el paciente, que come mal, hace poco ejercicio y le cuesta perder peso".

Naiara Brocal Carrasco | naiara.brocal@correofarmaceutico.com   |  28/07/2014 00:00
http://www.correofarmaceutico.com/2014/07/28/farmacologia/hdl-sigue-vigente-objetivo-diana-pese-fracaso-id

1 comentario:

  1. Hace unos años laboratorios Pfizer abandonaba la investigación del Torcetrapib que se encontraba en fase III por supuesta inseguridad. Este fármaco tenía como mecanismo de acción el inhibir la CETP (Proteína Transportadora de Esteres de Colesteril).
    Si se hubiese aprobado, hoy estaríamos hablando entonces de su ineficacia a parte de la inseguridad reconocida por el fabricante.

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