La diabetes es una de las
enfermedades más extendidas en la actualidad (347 millones de afectados en el
mundo) y, según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud, será la
séptima causa de mortalidad en 2030. Al mismo tiempo, la diabetes es la
patología que más retos presenta al farmacéutico en los próximos años por su
papel a la hora de asegurar la adherencia al tratamiento.
Un informe publicado en The
Journal of the American Medical Association (JAMA) ha puesto el acento en estos
problemas consciente de que a veces son pasados por alto tanto entre los
pacientes como entre profesionales sanitarios.
El día a día de la enfermedad
exige respetar unos hábitos que suponen cambios en la vida del paciente. Esto
no es exclusivo de la diabetes (piénsese, por ejemplo, en el cáncer), pero,
como explica Sonia Álvarez Arroyo, del equipo de salud mental del Servicio
Extremeño de Salud, "lo característico de la diabetes es el control. El
paciente tiene que realizar de forma estricta controles glucémicos, vigilar su
dieta, etc. Cuando comete algún desliz es probable que los sentimientos de
culpa y reproche aparezcan con frecuencia, desencadenando en ocasiones cuadros
depresivos".
El informe de JAMA se centra en
tres alteraciones: la depresión, la ansiedad y los trastornos de la conducta
alimentaria (TCA). "La mayoría de los estudios publicados no diferencian
entre la diabetes tipo 1 y tipo 2. La frecuencia siempre va a diferir en función
del sexo, la edad y la fase de la enfermedad", continúa Álvarez Arroyo.
"Hay estudios que encuentran prevalencias de un episodio depresivo mayor
de hasta un 14 por ciento en tipo 1, y de hasta un 10 por ciento en trastornos
de ansiedad, como el Trastorno de Ansiedad Generalizada. El más común en TCA
sería, según algunos estudios, el trastorno de la conducta alimentaria no
especificado (Ednos)", añade.
Uno de los grandes interrogantes
en la relación salud mental y diabetes es si estas comorbilidades aparecen
derivadas de la convivencia con la enfermedad o si hay, además, una
fisiopatología común.
Víctor Pérez Solá, investigador
del Ciber de Salud Mental, indica que , "aunque todavía hace falta seguir
trabajando, los últimos estudios apuntan a que hay unos genes comunes".
Francisco Gómez, psicólogo
especialista en Psicología Clínica, añade que, cuando se trata de TCA, "en
principio, la única fisiopatología común entre ambos trastornos sería difusa,
en tanto que existiría una predisposición del sistema bio-psico-social para
establecer autorregulaciones afectivas a través de entidades somáticas".
n otras ocasiones la relación es
inversa. Por ejemplo, aquellos sujetos con síntomas psicóticos presentarían más
riesgo de padecer diabetes.
El artículo de JAMA también
menciona a los familiares más cercanos como víctimas colaterales, especialmente
cuando se trata de la ansiedad. "La ansiedad y depresión en el padre o la
madre de niños y adolescentes están presentes en el 45 por ciento de los casos.
Y en algunas ocasiones, los padres pueden ejercer un mayor control parental, lo
que podría generar conflictos entre padres e hijos en un 17 por ciento de las
veces", comentan Julia Vidal y Mariola Bonillo, ambas integrantes de la
comisión Emociones y Salud de la Sociedad Española para el Estudio de la
Ansiedad y el Estrés. Recuerdan que "algunos estudios ponen en evidencia
la existencia de una frecuencia desconocida de tentativas de suicidio en el
joven diabético mediante la utilización u omisión de la insulina".
DIFERENCIAS DE GÉNERO
Un estudio publicado en British
Medical Journal of Epidemiology & Community Health hace unas pocas semanas
explicaba que las mujeres tenían un 10 por ciento más de probabilidades de usar
los servicios de salud mental que los hombres.
El sexo biológico multiplica por
dos la depresión y en la bulimia por 9 en el caso de la mujer. Esto se hace más
evidente en la TCA: "Los cánones de belleza están presentes en la mayoría
de los TCA, pero se tiene que unir a otros factores: romper con la pareja,
problemas familiares, discusiones, etc. Un dato muy importante es que ponerse a
dieta es uno de los factores de riesgo mayores para que se inicie un TCA. Y con
la diabetes se podría iniciar una dieta", advierten Vidal y Bonillo.
Jerónimo Saiz, jefe de Servicio
de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, destaca la importancia
del farmacéutico en su labor de asesor, vigilante y detector precoz de estos
problemas: "Su contacto directo con el paciente les hace especialmente
útiles en la lucha de las enfermedades crónicas".
Elena Alonso | elena.alonso@correofarmaceutico.com |
19/07/2014 10:00
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