La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC)
afirma, tras sus últimas investigaciones, que la carne procesada aumenta el
riesgo de sufrir cáncer colorrectal. Siguiendo sus recomendaciones, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido incluir la carne procesada
en su lista de agentes carcinógenos, dentro del Grupo 1.
Esta comunicación ha estado en boca de todos cuando se hizo público el
informe a través de The Lancet Oncology. Tanto es así que el jueves la propia
OMS salió al paso para aclarar "consultas" y "dudas"
recibidas. En un breve comunicado explicaba que la última revisión de la IARC
"no pide a la gente que deje de comer carne procesada, pero sí indica que
reducir su consumo disminuiría el riesgo de cáncer colorrectal". Y añadía
que se reunirán para "comenzar a mirar las implicaciones para la salud
pública de los últimos avances científicos y el lugar que tiene la carne
procesada y la roja en el contexto de una dieta saludable".
En concreto, la IARC alerta de que el consumo de 50 gramos diarios de
carnes procesadas incrementaría un 18 por ciento el riesgo. "La
comunicación de la OMS no es una alarma, sino la confirmación de que la
evidencia ya consolida la correlación entre consumo de carne procesada (y, en
menor medida, roja) y un aumento del riesgo de cáncer, fundamentalmente
colorrectal. Ya lo sabíamos, porque los estudios epidemiológicos vienen
observando este fenómeno desde hace casi 20 años", explica a CF Antonio
Llombart, portavoz y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de
Oncología Médica (SEOM).
"Uno de los objetivos de los listados del IARC es que las agencias
de salud nacionales puedan crear medidas para controlar este problema. Ese
aspecto ya está cubierto, puesto que desde hace dos décadas todas las guías
nutricionales recomiendan que el consumo de carne sea, como máximo, dos o tres
veces a la semana", añade. Así lo corrobora la Agencia Española de
Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan): "El consumo debe ser
moderado, de no más de dos veces por semana, ya que la ingesta continuada y
excesiva se asocia a problemas de salud, como recogen todas las guías
nutricionales existentes".
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) no se
desmarca, indicando que "desde hace tiempo se ha resaltado la importancia
de una dieta variada y equilibrada siguiendo el patrón mediterráneo, en la que
el consumo de carnes procesadas y rojas se realice de forma ocasional".
MECANISMO
Llombart puntualiza que el riesgo individual de cáncer colorrectal por
consumo de carne procesada y roja es bajo, "lo que no quiere decir que
como medida de salud pública no sea importante". En cuanto al mecanismo
por el cual esta carne elevaría el riesgo de cáncer, el portavoz de la SEOM
explica que "son múltiples y que no dependen de la calidad de la
carne". Este especialista y la asociación de pacientes EuropaColon España
atribuyen el aumento de la incidencia mundial del cáncer colorrectal al
envejecimiento de la población.
Por otro lado, Llombart resalta que "el consumo de más de 350
gramos de carne procesada a la semana lo que hace es aumentar el riesgo de
colesterol y el ácido úrico. El riesgo cardiovascular es mucho más elevado y se
presenta mucho antes que el oncológico".
La Aecosan, además de considerar que esta revisión apoya aún más las
actuales recomendaciones de salud pública acerca de limitar el consumo de
carne, recuerda que la carne roja tiene un valor nutricional, por lo que hace
una llamada a la prudencia. Es el sentir de todos los expertos y sociedades a los
que ha tenido acceso este periódico. La SEEN opina que no se debe
"demonizar un alimento en concreto, y más si tenemos en cuenta que la
carne roja también tiene beneficios nutricionales, por su contenido en
proteínas de alto valor biológico, hierro, zinc y vitaminas del complejo
B". Por su parte, Llombart advierte de que "los nutrientes de la
carne son difíciles de suplir". Es refrendado por Pilar Riobó, jefa
asociada del Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz
(Madrid), quien explica que "este alimento aporta hierro y vitamina B12,
que es importante para el funcionamiento cerebral. Los vegetarianos, por
ejemplo, tienen que tomar suplementos de esta vitamina para cubrir el
déficit".
Al otro lado de la corriente vegetariana se encuentran las dietas
hiperproteicas para adelgazar. "Abusan del consumo de proteínas animales a
partir de, principalmente, la carne, y elevan la morbilidad", subraya
Riobó.
ESTUDIO DE PERCEPCIÓN
Motivados por la decisión de la OMS, Ipsos realizó un estudio basado en
502 entrevistas a individuos de 18 y más años residentes en el territorio
español. De éste se extrae que los productos más percibidos como procesados son
las salchichas cocidas envasadas, las hamburguesas, las longanizas y el beicon,
seguidos del jamón cocido, el salchichón, los embutidos de pavo o el chorizo.
En la parte baja se hallan el jamón serrano y el ibérico, como productos
cárnicos menos percibidos como procesados.
En este sentido, la OMS aclara que la procesada es "la carne que ha
sido transformada mediante salazón, curación, fermentación, ahumado u otros
procesos para potenciar el sabor o mejorar la preservación". La
endocrinóloga de la Jiménez Díaz apaga cualquier tipo de duda al decir que "el
estudio sobre si el riesgo es mayor consumiendo beicon o jamón aún no está
hecho".
La clasificación de la IARC contempla cuatro grupos. En el Grupo 1 se
incluyen procesos industriales y compuestos químicos que son cancerígenos para
el hombre. En el Grupo 2, los productos clasificados como probables
carcinógenos para el hombre. Éste se subdivide en dos: 2A, con alta
probabilidad cancerígena, y 2B, con baja probabilidad cancerígena. En el Grupo
3 están los productos no clasificados, por falta de evidencia, y en el Grupo 4,
los probablemente no cancerígenos. “La carne procesada ha pasado de estar en el
Grupo 2A al 1 y la carne roja ha entrado directamente al Grupo 2A”, explica
Llombart.
Correo Farmacéutico. [En línea]. [Consultado el 30 de enero
de 2016] Disponible en:
http://www.correofarmaceutico.com/2015/11/02/al-dia/medicina/el-riesgo-individual-con-la-carne-es-bajo
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