miércoles, 17 de junio de 2015

Manejo de los efectos de la hiperhidrosis

Para paliar los efectos de este trastorno, José Luis López Estebaranz, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón, de Madrid, y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos, de la capital, da cinco consejos prácticos que tienen que ver con hábitos higienicodietéticos. El primero de ellos hace referencia a la vestimenta. Así, insiste en usar prendas que sean frescas. En este sentido advierte de que las fibras naturales "pueden ser frescas, pero absorben sudor y permanecen húmedas", lo cual no es aconsejable.
"Algunas sintéticas -añade- son menos frescas, en cambio repelen el sudor y permanecen secas". También aconseja tener "disponible ropa para mudarse durante el día".
Los otros cuatro consejos se centran en mantener un ambiente en el trabajo fresco y bien ventilado, evitar el consumo de alcohol, café, té, tabaco y alimentos picantes, reducir el estrés, la tensión y la ansiedad y mantener una buena higiene corporal.
Con estas medidas, el experto hace hincapié en que "no se evitará el exceso de sudoración, pero sí el mal olor corporal" que se deriva de él.
PRIMARIA Y SECUNDARIA
Según la vocal de Dermofarmacia del COF de Salamanca, Blanca Santos Alonso-Burón, existen dos tipos de sudoración excesiva: la primaria y la secundaria. En el primer caso, existe un inapropiado funcionamiento del sistema simpático. Éste envía un estímulo exagerado a las glándulas sudoríparas y se produce una sudoración desmesurada en determinadas zonas del cuerpo, como manos, pies y axilas. La hiperhidrosis secundaria es la manifestación de otro proceso patológico, como hipertiroidismo, ansiedad, problemas de corazón e infecciones, entre otras enfermedades.
TRATAMIENTO
El Dr José Carlos Armario Hita, miembro de la junta directiva de la Academia Española de Dermatología y Venereología, define para las hiperhidrosis primarias, que el tratamiento se estructura en cinco niveles, dependiendo de la gravedad del paciente y de su respuesta. El primero se basa en la utilización de toallitas con aluminatos, "aunque su efectividad no supera el 35 por ciento de los casos". Además del inconveniente de su precio, su aplicación es "complicada", reconoce el dermatólogo, pues se tiene que aplicar cada tres o cuatro horas y con la mano seca.
El segundo peldaño del tratamiento es la iontoféresis. "Es un baño de iones que se aplica a través de agua todos los días en sesiones de 30 minutos con resultados aceptables". Ahora bien, "en la axila no se puede aplicar", apunta Armario.
El tercer nivel tiene como protagonistas los betabloqueantes, pero también presenta inconvenientes. Y es que bajan la tensión y dan positivo como doping.
Con respecto al tratamiento, Estebaranz destaca que en la primera línea de actuación está la terapia tópica "con soluciones antitranspirantes que incluyan clorhidrato de aluminio hexahidratado". Para los casos que no responden a este tratamiento otra opción es la toxina botulínica tipo A "aplicada de forma local intradérmica" y que está indicada en hiperhidrosis focal idiopática, comenta el especialista. "Se aplica de forma ambulatoria, dura entre 15 y 30 minutos y sus efectos pueden prolongarse en torno a siete meses". Según el experto, "en las axilas es prácticamente indoloro y la mejoría se aprecia en la primera semana de tratamiento".



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