viernes, 5 de junio de 2015

La fitoterapia, coadyuvante en el abordaje del riesgo cardiovascular

El manejo de fitoterápicos y complementos alimenticios clásicos, como el ajo o la alcachofera, o plantas con mucílagos, isoflavonas de soja o lecitina de soja, "han mostrado su eficacia y utilidad en prevención y manejo de problemas como las hiperlipemias". A éstos se han sumado en los últimos años otros ingredientes naturales, como la levadura roja del arroz, el aceite de krill o el ubiquinol, que "han aumentado el arsenal en este campo y sobre el que el farmacéutico tiene un papel imporante a la hora de recomendar su uso". Así se puso de manifiesto en la Jornada Fitoterapia en Síndrome Metabólico, organizada por la Sociedad Española de Fitoterapia (Sefit), las universidades de Valencia (UV) y CEU-Cardenal Herrera y el Jardín Botánico de la UV.
Entre otros asuntos, durante su intervención Mª José Alonso, vocal de Fitoterapia del COF de Barcelona, señaló que la levadura roja de arroz se puede recomendar para "personas con niveles de colesterol LDL poco elevado o con un LDL mayor de 100 mg/dl-, a los intolerantes a las estatinas (se recomienda consenso médico) y a aquéllos en tratamiento con estatinas para disminuir las dosis del fármaco".
En cambio, apunta, "no se recomienda en embarazadas y madres lactantes, porque no existen evidencias suficientes para saber si tienen impacto negativo", según Alonso. La experta informó de la importancia de conocer todo lo que toma el paciente antes de aconsejar su uso. Y es que, a pesar de que las dosis de monacolina (uno de sus componentes principales) son pequeñas, no puede descartarse que los suplementos a base de levadura roja de arroz o el arroz fermentado "puedan interaccionar con otros medicamentos como la lovastatina (para el colesterol)". En este caso, aconseja "suspender la administración mientras se consuman estos fármacos".
En cuanto al uso de estos productos, señaló que, "en conjunto no debe superar los 10 mg/día de monacolina k, que debe ingerirse con la cena o antes de acostarse y combinarse con dieta adecuada, ejercicio y estilo de vida cardiosaludable con ingesta de ácidos grasos omega-3 (como el aceite de krill) y coenzima Q10 (como el ubiquinol)".
Sobre estos dos compuestos, Alonso apuntó que "los estudios en humanos han evidenciado que el aceite de krill sería útil para la prevención y tratamiento coadyuvante de dislipemias", y que también sería eficaz en el control de riesgo de enfermedad cardiovascular (por sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes). En el caso del ubiquinol, este compuesto se aconsejaría en "procesos ateromatosos, en tratamiento con estatinas, en caso de insuficiencia cardiaca, cuando la condición del paciente limite su actividad física o en situaciones en que el CoQ10 se ve disminuido o su consumo por el organismo aumentado (edad, estrés, enfermedad, deporte)".
Tratamiento de la HTA
Durante la jornada, Mª Carmen Terencio, del Departamento de Farmacología de la UV, expuso que muchas plantas medicinales "podrían ser beneficiosas para el tratamiento de la presión arterial y el síndrome metabólico". En este sentido explicó que puede ser útil, sobre todo "en el margen entre la normal alta (sistólica 130-139 y/o diastólica 85-89) y la hipertensión de grado 1 (sistólica 140-159 y/o diastólica 90-99) -donde el paciente todavía no necesita tratamiento farmacológico- o incluso en aquéllos que se hacen resistentes en estadíos más avanzados".
Entre las distintas opciones y mecanismos de acción, Terencio destacó las propiedades vasodilatadoras y antiaterogénicas del bulbo de ajo o la hoja de olivo; antioxidantes, como la flor de hibisco o el zumo de granada; diuréticas, como las hojas de ortosifón o los tallos estériles de cola de caballo, y otras opciones, como el espino blanco o las semillas de lino.
Fitoterapia y diabetes
En la Jornada de Fitoterapia celebrada en Valencia, Encarna Castillo, profesora de la Universidad CEU-Cardenal Herrera, analizó el potencial de las plantas medicinales en el manejo de la resistencia a la insulina, a través de opciones como la fibra, el canelo, el champiñón del sol, el té o el ginseng. "Por el momento", señaló, "tenemos noticias de un metaanálisis sobre el té concluye que consumir más de cuatro tazas diarias disminuye el riesgo de padecer diabetes tipo 2". Sin embargo, apuntó, "la variabilidad de los estudios dificultan la definición de conclusiones definitivas".


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