martes, 10 de febrero de 2009

La exposición a la laca del pelo eleva el riesgo de hipospadias

La exposición a la laca de pelo en el lugar de trabajo durante el primer trimestre de embarazo dobla el riesgo de que los hijos nazcan con hipospodias, la anomalía congénita más habitual de los genitales masculinos, en la que la abertura de la uretra se encuentra ubicada hacia la cara inferior del pene, según ha desvelado uno de los primeros estudios que analizan esta asociación. Así lo ha explicado Mark Nieuwenhuijsen, del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (Creal) y uno de los autores del estudio que se publica en el último número de Enviromental Health Perspectives.

La investigación ha sido coordinada desde el Reino Unido por el Imperial College de Londres y, junto al Creal, también ha contado con la participación del University College Cork. Según ha explicado Nieuwenhuijsen, antes de este estudio se había observado que ciertas sustancias podían tener efectos reproductivos en algunos modelos animales, incluyendo las hipospadias. Esta relación no sólo se había observado con los pesticidas, sino también con otros productos.

El principal mérito del estudio en el que ha participado el Creal ha sido establecer esta asociación en humanos. Para ello se han realizado entrevistas telefónicas detalladas a 471 madres cuyos hijos habían sido derivados a cirujanos por hipospadias y a 490 pacientes de control, de 120 distritos municipales del sureste del Inglaterra. Entre las preguntas de los cuestionarios se interrogó a las madres acerca de sus estilos de vida, ocupación y si habían tomado complementos de ácido fólico durante la gestación.

Tres primeros meses
El resultado del estudio es claro: los hijos de las madres que habían estado expuestas a los ftalatos que contienen las lacas durante el primer trimestre del embarazo tenían el doble de riesgo de haber nacido con hipospadias. Los tres primeros meses se consideran determinantes en el riesgo de malformaciones congénitas, ya que es en este periodo en el que se forman la mayoría de los órganos, ha recordado Nieuwenhuijsen.

Las madres que presentan mayor riesgo son aquéllas que están en contacto con los ftalatos de forma continuada debido a su ocupación. Por lo tanto, las principales afectadas son las mujeres que trabajan en peluquerías, en salones de belleza, en la industria del plástico, química y farmacéutica. Otro resultado interesante ha sido comprobar que la toma de ácido fólico durante el embarazo redujo un 36 por ciento el riesgo de hipospadias en los niños nacidos.

"La principal relevancia de este estudio es que aporta más evidencia sobre la exposición a sustancias, como los ftalatos, y los efectos adversos que pueden provocar en bebés. Es una de las primeras veces que se demuestra en humanos, y que el ácido fólico disminuye el riesgo de hipospadias", ha sintetizado Nieuwenhuijsen. El nuevo hallazgo respecto al ácido fólico tiene trascendencia desde el punto de vista de prevención y salud pública. Los investigadores han indicado también que los resultados de este estudio podrían tener implicaciones en otros problemas reproductivos.

Así, recientemente se ha planteado que las hipospadias, la afección de los testículos no descendidos, el semen con calidad deficiente y algunos tipos de cánceres testiculares constituyen síntomas de un problema subyacente, que es la forma en la que el sistema reproductivo se desarrolla en el útero, según información del Creal. La toma de ácido fólico durante el primer trimestre de gestación reduce un 36% el riesgo de dar a luz niños con esta malformación congénita

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