Un estudio en pacientes mayores de 50 años, seleccionados de una base de datos de recetas prescritas a 4,2 millones de canadienses durante ocho años, ha analizado la asociación entre la aparición de calambres nocturnos en las piernas y la toma de diuréticos, beta-2-agonistas de acción prolongada inhalables y estatinas. El estudio pretendía analizar si nuevas prescripciones de quinina (tratamiento de inicio de los calambres) se producían al año de tomar cualquiera de esas tres clases de fármacos.
Se halló que los diuréticos ahorradores de potasio se asociaban de forma significativa con los calambres nocturnos en las piernas (índice de secuencia ajustado: 2,12; IC 95% = 1,61-2,78), así como los beta-2-agonistas de acción prolongada (índice de secuencia ajustado: 2,42; IC 95% = 2,02-2,89). Por su parte, las estatinas no se asociaban de manera significativa (índice de secuencia ajustado: 1,16; IC 95% = 1,04-1,29).
Se concluye que los médicos deberían pensar que estos fármacos podrían empeorar los síntomas en pacientes que experimentan calambres nocturnos en las piernas, en especial considerando que un 60,3% de consumidores de quinina recibieron al menos una de esa clase de fármacos durante un periodo de 13 años.
Garrison SR, Dormuth CR, Morrow RL, Carney GA, Khan KM
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