El ejercicio induce una serie de
cambios en el sistema inmune que dependen, entre otros factores, del tipo de
ejercicio realizado. Así, el entrenamiento de fuerza potenciaría la respuesta
del sistema inmunitario más de lo que lo hace el de resistencia, según una
investigación realizada por especialistas de la Universidad de Oviedo y del
Hospital Universitario Central de Asturias, que ha sido galardonada con el
primer Premio Nacional de Investigación en Medicina del Deporte, concedido por
la Universidad de Oviedo. El trabajo, con el título Potenciación de la
respuesta inmunológica a la vacunación en atletas sometidos a entrenamiento de
fuerza versus entrenamiento de resistencia, ha sido dirigido por Rebeca Alonso
Arias y firmado por Marco Antonio Moro, Ainara Echevarría y Carlos López
Larrea, del Servicio de Inmunología del centro; Benjamín Fernández, de la
Facultad de Medicina, y Manuel Rodríguez, especialista en Medicina del Deporte.
El equipo tiene una amplia
trayectoria en el estudio de los efectos del envejecimiento sobre el sistema
inmunitario. Como el ejercicio se considera un mecanismo de rejuvenecimiento
están desarrollando distintas líneas de investigación para observar sus efectos
sobre el sistema inmunitario.
Para ello han trabajado con un
grupo de remeros que fueron distribuidos aleatoriamente en dos grupos; a uno de
ellos se le pautó entrenamiento de fuerza y a otro de resistencia durante tres
meses. Para comprobar los efectos en la inmunización in vivo usaron como modelo
la vacunación frente al virus de la gripe. Los deportistas fueron vacunados
justo antes del inicio del entrenamiento, y se les realizó un estudio
inmunológico previo a la vacunación y otro a las 12 semanas, para analizar la respuesta
en la cuantificación del título de anticuerpos y de linfocitos T de memoria
específicos generados. "Comprobamos que los atletas sometidos a
entrenamiento de fuerza tenían niveles muy superiores de respuesta frente a la
vacunación, unas 3 veces más elevados, que los que hicieron de resistencia,
tanto en anticuerpos como en células de memoria específicas. Distintos
ejercicios pueden modificar de diferente manera la respuesta del sistema
inmunitario a un antígeno específico", explica Alonso.
Elevar la protección
"Ahora sabemos que
modificando el tipo de entrenamiento podemos conseguir mayor capacidad
defensiva frente a determinados patógenos". Esto se ha comprobado, ya que
"sabíamos exactamente cuándo el deportista entraba en contacto con el
antígeno, en el momento de la vacunación". La aplicación práctica del
estudio está relacionada con la posibilidad de "diseñar y combinar
entrenamientos para conseguir que el atleta esté más protegido".
También puede ser de utilidad
para individuos con defensas disminuidas, como es el caso de los ancianos, para
potenciar su respuesta a la vacunación, así como en los que no se consigue una
respuesta adecuada. "En ambos grupos puede ser de interés prescribir algún
tipo de ejercicio de fuerza".
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