El suicidio
es un problema de salud pública de primer orden. No en vano más de un millón de
personas lo comete al año en el mundo y supone la tercera causa de muerte en la
población entre 15 y 44 años. Aunque las cifras en España son más bajas que en
el norte de Europa, no son desdeñables y su frecuencia es de 3.500 al año,
según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, según
Jerónimo Sáiz, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, las cifras
registradas se estiman a la baja, ya que algunas conductas autolíticas pasan
desapercibidas.
Lo esencial
sobre el suicidio es que sus causas son prevenibles y tratables. Por ello deben
realizarse campañas de sensibilización y educación que permitan a la sociedad y
a los profesionales detectar los signos de alarma para evitarlo, o para que no
se repitan los intentos previos. La OMS, en colaboración con la Asociación
Internacional para la Prevención del Suicidio, celebran hoy el Día Mundial para
la Prevención del Suicidio. Al informar sobre estas conductas los expertos
sugieren que se evite estimular el efecto de contagio y de identificación con
el suicida, y se presenten como algo prevenible e identificable.
Lucas Giner,
miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, señala que "más
del 90 por ciento de los suicidas padecen alguna patología psiquiátrica. Entre
las más comunes están los cuadros depresivos, el consumo de tóxicos
-especialmente de alcohol- y los trastornos de personalidad", con un
riesgo relativo muy alto en los primeros episodios de la esquizofrenia.
Entre el
50-60 por ciento de los suicidas avisan de que quieren acabar con su vida.
"Este es un signo de alarma básico especialmente si ha habido algún
intento anterior, sumado a un cuadro depresivo o a la aparición de acontecimientos
adversos, como un divorcio o un problema financiero. La leyenda popular de que
aquel que dice que se quiere matar no lo hace es falsa", dice Giner.
Intentar quitarse la vida puede ser una petición de auxilio, cuya intención
quizá no esté totalmente clara, "pero eso no significa que haya que
subestimarlo".
Perfil
Pero también hay que tener en cuenta otros factores: ser varón, entre 15 y 40 años y mayor de 60, padecer depresión, consumir alcohol, tener medios violentos -poseer armas de fuego, manejar cuchillos o vivir cerca de un puente-, no tener pareja y sufrir enfermedad física o psíquica, son los principales factores de riesgo. Según Sáiz, "en población geriátrica puede relacionarse con la aparición de depresión en la tercera edad, derivada de la soledad, del deterioro económico y físico. Pero muchas veces se asocian con enfermedades graves y de mal pronóstico", ante las que el paciente no ve una salida, al igual que puede ocurrir con problemas de otra índole. Giner apunta que "aunque los problemas de la vida no tienen tratamiento, el cuadro que producen o su agravamiento sí es tratable".
Pero también hay que tener en cuenta otros factores: ser varón, entre 15 y 40 años y mayor de 60, padecer depresión, consumir alcohol, tener medios violentos -poseer armas de fuego, manejar cuchillos o vivir cerca de un puente-, no tener pareja y sufrir enfermedad física o psíquica, son los principales factores de riesgo. Según Sáiz, "en población geriátrica puede relacionarse con la aparición de depresión en la tercera edad, derivada de la soledad, del deterioro económico y físico. Pero muchas veces se asocian con enfermedades graves y de mal pronóstico", ante las que el paciente no ve una salida, al igual que puede ocurrir con problemas de otra índole. Giner apunta que "aunque los problemas de la vida no tienen tratamiento, el cuadro que producen o su agravamiento sí es tratable".
Alrededor
del 75 por ciento de los suicidios consumados los cometen varones, excepto en
China y la India, mientras que los intentos los protagonizan dos mujeres por
cada hombre. Los métodos difieren según el país: en Estados Unidos es frecuente
el uso de armas de fuego, en Francia la intoxicación y en España los hombres
eligen el ahorcamiento, seguido de la defenestración, y las mujeres invierten
la preferencia.
Ante la
sospecha de un comportamiento autolítico los familiares han de convencer al
paciente de acudir a los servicios sanitarios, bien a urgencias o a primaria,
donde "los facultativos deben estar bien entrenados para reconocer los
síntomas incipientes. Se debería explorar sistemáticamente el riesgo de
suicidio", dice Sáiz. En esa línea, en 2013 el DSM-V introducirá la
evaluación del riesgo para tomar medidas precoces que amortigüen o impidan la
aparición de la conducta. En España para garantizar la buena prevención y
manejo, varios expertos, entre ellos Sáiz y Giner, participaron en
Recomendaciones para la prevención y el manejo del comportamiento suicida, que
se publica en Revista de Psiquiatría y Salud Mental.
Adolescencia
El suicidio en adolescentes es un tema tabú que no lo hace desaparecer. Lo cierto es que se trata de la segunda causa de muerte entre los 15 y los 24 años, según Josep Cornellá i Canals, presidente de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría. "Por cada suicidio consumado hay 400 chicos y 4.000 chicas que lo han intentado. Las confesiones del intento suelen recibirse en la consulta y cualquier amenaza debe ser tenida en cuenta".
El suicidio en adolescentes es un tema tabú que no lo hace desaparecer. Lo cierto es que se trata de la segunda causa de muerte entre los 15 y los 24 años, según Josep Cornellá i Canals, presidente de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría. "Por cada suicidio consumado hay 400 chicos y 4.000 chicas que lo han intentado. Las confesiones del intento suelen recibirse en la consulta y cualquier amenaza debe ser tenida en cuenta".
Diferenciar
la llamada de atención de la intención de poner fin a la vida requiere que el
facultativo capte las señales de alarma: "un adolescente deprimido al que
de pronto no le importa nada, que regala sus pertenencias a sus amigos, que se
recluye... El 83 por ciento de los suicidas ha contactado con su médico en el año
del suceso y el 66 por ciento en el mismo mes", el 90 por ciento no ha
recibido terapia, y en muchos se encuentran niveles bajos de serotonina. Por
ello, Cornellá se muestra partidario de prescribir fármacos siempre que sea
necesario. De hecho, según Giner, cuando aumentan las prescripciones de
antidepresivos se reduce la tasa de suicidio consumado.
Ambos han
insistido en la necesidad de contar con gatekeepers con formación específica
que identifiquen a los jóvenes en riesgo y ayuden en la prevención.
toda persona que algun dia o en algun momento nos diga,me quiero morir,esta en riesgo de un suicidio,por eso debemos estar atentos a todas las alarmas ,porque sin danos cuenta ese ser querdio puede estar buscando la muerte,debemos encontrar lugares de apoyo para ellos ,para que entiendan lo hermoso de la vida y que hay muchas cosas por descubrir,es muy bueno que monten este tipo de articulos,porque nosotros como personal de la salud tambien hacemos parte de la prevencion y debemos saber encontrar todos estos signos de alarma en las personas,podemos hacer campañas,dar charlas y asi ayudarle a las personas xomo detectar la alarma en sus familias o amigos
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