Cinco farmacéuticos explican cómo ayudaron a pacientes que acudieron a ellos con un problema de hemorroides, vaginosis bacteriana, cefalea, estreñimiento y tos.
Saber hacer las preguntas oportunas y no quedarse solo en la
exposición que hace el paciente cuando acude a la farmacia con un síntoma menor
puede resolver un problema de salud. Ante el "deme algo para", el
servicio de indicación farmacéutica más extendido en las boticas, el
farmacéutico puede ofrecer soluciones si sigue un protocolo adecuado y conoce a
fondo la afección por la que le preguntan.
Y para demostrarlo, cinco farmacéuticos comunitarios del
grupo de trabajo de Indicación Farmacéutica de Sefac expusieron un caso clínico
cada uno en la Jornada Nacional de Indicación Farmacéutica, organizada por la
Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) en
colaboración en el COF de Sevilla.
Las patologías menores que protagonizan estos casos son
diferentes, pero todos siguen una metodología común para hacer una indicación
farmacéutica protocolizada: la conocida PASITAMAE, que responde a unas siglas y
que, a modo de regla mnemotécnica, ayudan al farmacéutico a recordar las
preguntas que debe hacer para obtener información indispensable para la
indicación farmacéutica.
Paciente (PA): estado fisiológico (lactante, niño,
embarazada, adulto, anciano) y edad.
Síntomas (SI): ¿Qué es lo que le pasa? ¿Me lo puede
describir?
Tiempo (T): ¿Desde cuándo tiene el problema? ¿Cuándo empezó?
Acciones (A): si ha tomado algo antes de ir a la farmacia o
ha ido al médico.
Medicación (M): si lleva alguna medicación por posibles
interacciones o reacciones adversas con el medicamento y contraindicaciones
(situaciones en las que no se puede administrar un paciente).
Alergias (A): posibles alergias o intolerancias.
Enfermedades (E): si presenta alguna enfermedad.
Analicemos los casos clínicos expuestos y cómo actuó el
farmacéutico.
El deportista con hemorroides
Paloma González Pérez, farmacéutica comunitaria en Madrid,
contó la historia de un varón, conductor profesional de 48 años, que le dice
que desde hace unos cuantos días, cuando va al baño a defecar observa sangrado
rojo brillante. Además, explica que hace spinning y nota molestas al sentarse
en el sillín. Y añade que hace años tuvo hemorroides. Por ello, pide una crema
antihemorroidal a González Pérez.
Sigue el esquema del Pasitamae y, además de la información
anterior, sabe que en el momento no toma medicación crónica ni aguda, no tiene
alergias y no presenta enfermedades.
"En este caso, no observamos criterios para derivar al
médico", contó González Pérez y le informa de que en la farmacia tienen un
servicio de asesoramiento nutricional, "que le puede ayudar con la
dieta". Además, le explica las medidas higiénico-dietéticas para reducir
los síntomas.
También le indica un tratamiento oral con MPFF 500 mg
(fármaco venoactivo que se compone en un 90% de diosmina micronizada y en un
10% de otros flavonoides activos), "ya que tiene sangrado", y que lo
mantenga durante una semana, reduciendo la dosis paulatinamente: seis comprimidos
al día durante los cuatro primeros días; cuatro comprimidos al día, los tres
siguientes, y continuar con dosis de mantenimiento, dos cápsulas al día.
Según González Pérez, también se le puede ofrecer un
tratamiento tópico, sin corticoides, cuando se le corte el sangrado, y le
recomienda el uso de toallitas rectales.
Asimismo, le aconseja que no haga deporte durante un mes,
que ande, eso sí, para evitar presión sobre la zona, y le invita a que, en un
plazo de una semana, vuelva para contar cómo se encuentra.
La joven con vaginosis bacteriana
Nerea Matos Benito, farmacéutica comunitaria en Alconchel
(Badajoz), expuso cómo ayudó a una chica que acudió a ella con síntomas
compatibles con vaginitis bacteriana.
Se trataba de una mujer de 27 años, que está de vacaciones
en el pueblo, y "acude muy preocupada, agobiada e incómoda, refiriendo
leucorrea y prurito en la zona íntima".
Para no quedarse ahí y pensar en una posible candidiasis,
sigue preguntando y averigua que es fumadora, que no está embarazada ni tiene
diabetes y que no toma medicación ni azúcares.
En una zona ZAP (zona de atención farmacéutica), le pregunta
cómo es el flujo vaginal, su color, olor...; si tiene eritema y escozor; desde
cuándo tiene las molestias, y si es la primera vez que le pasa. Con estas
preguntas ya sabe que el flujo es grisáceo con olor fuerte a pescado, que tiene
ardor al orinar, que hace una semana que tiene el problema y que es la primera
vez que le pasa.
La farmacéutica confirma con la joven que no toma ningún
tratamiento antibiótico, y con todo, concluye que el problema que padece es una
vaginosis bacteriana.
Finalmente, le indica como tratamiento ácido láctico durante
siete días al acostarse y un probiótico y completa su intervención con consejos
relacionados con la higiene, la dieta y las relaciones sexuales.
La niña con cefaleas
Una niña de 13 años acude con su madre a la farmacia de
Rafael Carretero Ayala, farmacéutico comunitario en Madrid. Se lleva las manos
a la cabeza. Carretero intuye que le duele la cabeza y acierta.
La madre pide a Carretero que le dé algo para el dolor y le
explica, tras ser preguntada por el farmacéutico, que siente un dolor pulsátil
y bilateral en la zona frontal y que está acompañado de una ligera fotofobia.
Está así desde hace dos horas y que no ha tomado nada ni ha hecho nada y que no
está bajo tratamiento ni sufre enfermedades ni alergias. Y, adicionalmente, le
cuenta que hace un mes que tuvo su primera menstruación.
De los tipos de cefaleas que existen (tensional, migraña,
por abuso de medicamentos y otras causas), Carretero confirma que es una migraña.
Con este cuadro, y descartados motivos de derivación al
médico, le recomienda acciones preventivas, como tener un patrón de sueño
regular, que haga ejercicio con asiduidad, que coma de todo y equilibrado y que
evite el estrés, la luz y/o ruidos intensos.
Como tratamiento no farmacológico, le indica que se ponga
frío en la cabeza y el cuello, que haga estiramientos de cuello y hombros y que
se relaje usando meditación, yoga y mindfulness.
Y como tratamiento farmacológico, ibuprofeno 400 mg hasta
tres veces al día después de las comidas.
También apuntó que la última evidencia científica confirma
la eficacia del magnesio "el día 15 del ciclo y continuarlo hasta que
comienza la menstruación" y que es "versátil y seguro".
Asimismo, le informa de la utilidad de una app gratuita
"para hacer un diario de los dolores de cabeza", donde puede ir
apuntando los episodios de migraña y otros datos, "de manera que cuando
vuelva ya podemos partir de un registro y saber si está tomando la medicación y
cuándo aparecen los síntomas".
Carretero le dio especial importancia al seguimiento de la
paciente pues tuvo en cuenta aspectos como que no remita el dolor con el
ibuprofeno, que empeoren los síntomas, que aparezcan otros nuevos y que la
migraña vuelva. Y es que, hay que tener en cuenta que las migrañas pueden ser
causadas por un abuso de los AINE.
"Y ¿a partir de cuándo puede generar problemas la toma
continuada de ibuprofeno?", planteó el farmacéutico. "A partir de 4
días a la semana", respondió.
La señora con dolor de espalda y estreñimiento
El caso clínico de Carme Mestre Català, farmacéutica
comunitaria en El Vendrell (Tarragona), muestra a una mujer que hace 7 días que
le cuesta ir al baño y le pide "unas pastillas de color verde que ha visto
en la tele" y que su hija le ha dicho que le irían bien.
Mestre no se limitó a darle esas pastilas verdes y aplicó el
Pasitamae, que, en su caso, lo tiene interiorizado. "Nos cuenta que para
tratar de solucionar el estreñimiento había tomado kiwis para desayunar, pero
no mejoraba".
Aunque esta mujer es paciente habitual de la farmacia, le
pregunta por su medicación por si hay algo que ella no sabe, y dice que desde
hace un mes había ido al médico porque tenía lumbalgia y le había recetado
tramadol con paracetamol tres veces al día cada ocho horas, "pero no le
indicó hasta cuándo tenía que tomarlo". Mestre sabe que es hipertensa y
está en tratamiento y también toma medicación para el colesterol y es
intolerante a la lactosa.
Con todo, Mestre asoció el estreñimiento con el tramadol y
se lo explicó a la paciente, por lo que necesitaba hacer una derivación al
médico para que valorara la posibilidad de "disminuir la dosis y también
que le cambiara la forma farmacéutica, puesto que lo que tomaba era
efervescentes y estaba contraindicado para la hipertensión y para el
estreñimiento".
"En nuestra zona -añadió- tenemos la suerte de contar
con un circuito de interconsultas gracias al cual las farmacias comunitarias
podemos hacer consultas a los centros de salud y en 24-48 horas tenemos
respuesta sobre esa consulta".
Mientras tanto, le recomendó unas cánulas de laurinsulfato
citrato sódico, indicadas para su intolerancia a la lactosa, y unos microenemas
y le explicó cómo podría tratar el problema del estreñimiento sin fármacos,
preguntándole específicamente por su dieta, tras lo cual le insistió en que
bebiera más agua y que aumentara la ingesta de fibra, verdura y fruta.
Hecho esto, citó a la mujer a la semana, sabiendo que antes
de este tiempo tendrían respuesta del médico, bien porque contestaría al
farmacéutico o porque se pusiera directamente en contacto con la paciente.
Efectivamente, volvió a la semana y el médico, que le había
llamado, le cambió la pauta y le aconsejó que fuera a la farmacia para que le
explicaran el cambio de tratamiento. Además, ella había seguido los consejos
sobre ingesta de agua y fibra, pero el problema seguía, por lo que se le dijo
que siguiera con las cánulas una semana más.
Siete días después, confirmó que el problema se había
solucionado.
El señor con tos y Alzheimer
El protagonista del caso clínico de Olga Deleito Molina.
farmacéutica comunitaria en Oviedo, es un hombre con problemas cardiacos que ha
debutado hace un año con Alzheimer y que presenta tos, y su mujer acude a la
farmacia de Deleito para ver si le da algo para su marido.
Por las preguntas que le hace, Deletio consigue saber que es
una tos muy seca, que no está resfriado y que no tiene otros síntomas.
Le recomienda un jarabe con dextrometorfano, "por ser
de los pocos principios activos indicados para la tos aguda seca con mayor
evidencia científica y alta seguridad", enfatizó, y que tome 10 ml cada
seis horas. "Lo normal es que comience a mejorar en un par de días y si
ves que no mejora a los cinco o siete días vuelves y comentamos", le
explica.
La esposa del paciente vuelve pasado el tiempo y le cuenta a
Deleito que ha mejorado bastante, pero que por la noche la tos seca continúa y
no deja dormir a nadie.
La farmacéutica revisa entonces la medicación del marido y
detecta que tiene prescrito esomeprazol y que no lo ha retirado desde hace un
mes. "¿Por qué ha dejado de tomarlo?", le pregunta, a lo que le
responde que no sabe porque es su hija la encargada de preparar el pastillero con
toda la medicación y que luego les da a los cuidadores de su padre.
El siguiente paso fue llamar por teléfono a la hija y ésta
le explica que se lo ha quitado por su cuenta y riesgo, argumentando que su
padre ya toma bastantes pastillas. ¡Bingo! La tos está originada por el
reflujo, que aumenta cuando se tumba en la cama, provocando irritación y tos.
Por eso, le insiste en que retome la toma de esomeprazol y que vuelva en un par
de días para ver la evolución, que es buena, por cierto.
Gema Suárez Mellado (Dic 2024). https://www.diariomedico.com/farmacia/comunitaria/deportista-hemorroides-nina-cefalea-casos-clinicos-indicacion-farmaceutica.html
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