viernes, 1 de abril de 2016

Biosimilares: Las implicaciones de parecerse pero no ser igual

Las directrices europeas de aprobación de biosimilares, pioneras en el mundo y referencia internacional, garantizan un alto grado de similitud con el original en eficacia, seguridad e inmunogenicidad. Dado que por definición no cabe pensar en copias idénticas de biológicos y que en Medicina el riesgo cero no existe, se prevé la vigilancia poscomercialización y es de esperar que las decisiones de las agencias, pese a partir de criterios similares, puedan no coincidir.
Fases del desarrollo de un biosimilar. (SGS (empresa de inspección, verificación, ensayos y certificación))
¿Qué es un biosimilar? La agencia europea EMA lo define como aquel biológico "que contiene una versión de la sustancia activa" de un original, que debe haberse aprobado en el Espacio Económico Europeo. Para su autorización establece una serie de directrices encaminadas a establecer su similaridad en sus atributos de calidad, actividad biológica, seguridad y eficacia. Pero, a tenor de los encendidos debates en foros profesionales y los documentos de posicionamiento de distintas sociedades científicas en materias como la sustitución, la intercambiabilidad o la farmacovigilancia, la pregunta que surge es: ¿qué implicaciones tiene el que, a diferencia de las moléculas de síntesis química, a lo máximo que pueda aspirarse es a que sean muy parecidos pero nunca iguales?
Las directrices de la EMA para la autorización de biosimilares establecen un marco general de requerimientos, "pero la aproximación es caso por caso", explica Fernando de Mora, director del Departamento de Farmacología, Terapéutica y Toxicología de la Universidad Autónoma de Barcelona. De forma que "si dos laboratorios quieren hacer un biosimilar del mismo producto, no se les exigirán los mismos experimentos". Al final, "se trata de demostrar que esas pequeñas diferencias estructurales, que siempre van a existir, no inciden en la eficacia ni en la seguridad".
DISTINTAS INTERPRETACIONES
La EMA, además de pionera en la regulación de la autorización de biosimilares, se la considera una referencia en este terreno hasta el punto de que agencias como la estadounidense, japonesa o canadiense, entre otras, habrían reproducido, "en líneas generales", sus criterios, apunta Gonzalo Calvo, consultor senior del Servicio de Farmacología Clínica Hospital Clínico de Barcelona y portavoz de la Sociedad española de Farmacología Clínica (SEFC). "Que estos criterios no difieran en lo fundamental no quiere decir que los mismos datos puedan ser interpretados de manera distinta por diferentes agencias reguladoras", advierte el experto.
Así sucedía con el biosimilar de infliximab (CT-P13), comercializado como Remsima e Inflectra. Mientras que la EMA aceptaba la extrapolación completa de las indicaciones del original, la autoridad canadiense rechazaba la de enfermedad inflamatoria intestinal. "Argumentaba que, basándose en su mecanismo de acción, podría no comportarse igual, lo que a mi juicio sería muy discutible", señala De Mora. El caso canadiense, que Calvo define de "ejemplo de sobrerregulación" denota que "siempre queda un margen para la opinión subjetiva de los evaluadores".
Los datos conducentes a demostrar la comparabilidad de CT-P13 con el original Remicade se analizaban en un artículo aparecido este año en Journal of Crohn's and Colitis. El gastroenterólogo Pierre Michetti, del Hospital Vaudois, en Lausana (Suiza), concluye que "existe la tecnología para reproducir anticuerpos monoclonales con altos estándares de biosimilaridad", y defiende la extrapolación mientras no existan "razones teóricas" en su contra. Con todo, la eficacia es una de las cuestiones que Michetti alerta de que debe evaluarse en la fase IV, junto con la seguridad y la inmunogenicidad. "De ahí la importancia de la trazabilidad en las prescripciones y en la administración de biológicos, ya que es la única manera de asegurar un seguimiento poscomercialización fiable", argumenta Calvo.
INMUNOGENICIDAD
La capacidad de los medicamentos biológicos de generar reacciones inmunogénicas puede afectar tanto a su eficacia como seguridad. De Mora expone que cuando el biosimilar se lanza al mercado ya cuenta con datos sobre la comparabilidad de su perfil de inmunogenicidad. La crisis de la eritropoyetina (original), en la que la modificación de los excipientes produjo a reacciones graves en pacientes, habría conducido a criterios "más garantistas", y, "aunque el riesgo cero no existe, desde que se lanzara el primer biosimilar en Europa en el año 2006, no se ha informado de diferencias en la inmunogenicidad entre biosimilares y originales pese a una estrecha farmacovigilancia".
En 2015, investigadores de Amgen analizaban las diferencias estructurales entre biosimilares autorizados en Europa y Japón con el biológico de referencia en la revista BioDrugs. La plataforma sin ánimo de lucro a favor de estos medicamentos Generics and biosimilars initative comenta en su web que este tipo de diferencias pueden hallarse incluso con dos versiones del producto original cuando se modifica su proceso de fabricación.
Ante un eventual cambio en estos procesos, a los fabricantes se les exige que el biológico demuestre su parecido respecto a la versión anterior de sí mismo. Como consecuencia, reconoce De Mora, un biosimilar podría llegar a ser más semejante a la primera versión del biológico original, que nuevas generaciones de este medicamento de referencia.
Por todo lo anterior, Calvo expone que "las garantías absolutas no existen en medicina, pero sí se puede acotar la incertidumbre hasta niveles razonables". Señala que la comercialización de un biosimilar debe ir seguida de una monitorización clínica importante, y se acompaña de su plan de farmacovigilancia. "De ahí se derivan las directrices europeas de prescribir por marca y las normas de no sustitución que existen en la inmensa mayoría de los países de la UE", defiende.
En 5 ideas
1. Un desarrollo diferente
El objetivo del desarrollo clínico de un biológico innovador es demostrar su eficacia y seguridad, mientras que el biosimilar debe demostrar su semejanza al de referencia.
2. Extrapolación
Una vez ha demostrado resultados clínicos en una indicación concreta, la extrapolación a otras se ampara en las características que demuestran su similitud con el original.
3. Parecerse a sí mismo
Los requerimientos tras un cambio en la manufactura afectan a originales y biosimilares y exigen que se demuestre que la nueva generación de biológicos es similar a la anterior.
4. Individualización
La autorización de biosimilares en Europa se fundamenta en un marco regulatorio general, pero exige requerimientos individuales basados en las características del candidato.
5. Diez años de historia
Se cumplen diez años desde la irrupción del primer biosimilar en Europa. Desde entonces, no se han comunicado diferencias en la inmunogenicidad con los biológicos de referencia.

CorreoFarmacéutico.com [en línea]. [Consultado el 31 de marzo de 2016]. Disponible en:
http://www.correofarmaceutico.com/2016/03/28/farmacologia/parecidos-razonables

No hay comentarios:

Publicar un comentario