Las
dietas hiperproteicas elevan el riesgo de padecer patologías renales y empeoran
los marcadores urinarios y morfológicos del riñón, según un estudio realizado
por investigadores de la Universidad de Granada, que se publica en el último
número de Nutrición
Hospitalaria.
El
trabajo muestra que la hiperfiltración renal que genera la ingesta excesiva de
proteínas e insuficiente de hidratos de carbono se relaciona con la aparición
de nefrolitiasis, debido a una disminución drástica del citrato urinario, a un aumento
del calcio urinario, para compensar la acidez metabólica que provoca el exceso
de proteína, y a un descenso del pH de la orina, además de que se eleva el
riesgo de hipertrofia renal y puede aumentar el área glomerular. Según ha
explicado a DM Virginia Aparicio García Molina, del Departamento de Fisiología
de la Universidad de Granada, y una de las autoras del estudio, el trabajo se
realizó con 20 ratas. "A un grupo se le administró proteínas de gimnasio
-hidrolizados proteicos- para que el 45 por ciento de su dieta estuviera
formada por proteínas en lugar del 15 por ciento habitual. El otro grupo
recibió una dieta normoproteica -con un 12 por ciento de proteínas- durante
doce semanas". Los resultados son extrapolables a humanos.
Se
analizaron los marcadores de acidez en sangre y orina, se realizó una
histología renal y se observó la cantidad de calcio que contenían los huesos.
Las ratas que siguieron una dieta hiperproteica perdieron hasta un 10 por
ciento de peso corporal, pero sin que se produjera una mejora paralela en el
perfil de lípidos en plasma. Además, el citrato urinario fue un 88 por ciento
inferior, y el pH urinario, un 15 por ciento más ácido. El peso del riñón de
los animales sometidos a una dieta hiperproteica aumentó un 22 por ciento, y se
incrementaron en un 13 por ciento el área glomerular y un 32 el área mesangial.
"Las
dietas en las que sólo se obtiene energía a partir de las grasas ayudan a
perder peso, pero alteran el proceso metabólico y producen muchos cuerpos cetónicos,
debido a la ruptura del equilibrio ácido base", dice Aparicio. Sumado a la
ausencia de prescripción de ejercicio y a la eliminación de frutas y verduras,
"principal fuente alcalina, y que ayudan a regular el pH..., es un doble
crimen porque no compensan lo que eliminan. Además, son una fuente importante
de antioxidantes, por lo que su ausencia produce importantes deficiencias
nutricionales".
Otro
trabajo en el que ha participado Aparicio, que se publica en Food and Function,
establece que no está demostrada la relación entre un mayor riesgo de
osteoporosis y dietas hiperproteicas, ya que "cuando hay más pérdidas de
calcio en el hueso, siempre que haya un aporte adecuado del mineral y de
verduras y hortalizas, se absorbe más cantidad por vía intestinal".
http://www.diariomedico.com/2014/01/07/area-profesional/entorno/dietas-hiperproteicas-alteran-salud-renal
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