martes, 7 de enero de 2014

Alertan de que el uso a largo plazo de IBP eleva la deficiencia de B12

Un amplio estudio epidemiológico vuelve a relacionar la administración prolongada de los fármacos de la familia del omeprazol con este déficit. También podrían reducir los niveles de otros micronutrientes como el magnesio. El uso a largo plazo de inhibidores de la bomba de protones (IBP) y, en menor medida, de anti-H2, se asocia a un mayor riesgo de déficit de vitamina B12. Así lo constata un amplio estudio observacional, publicado la semana en The Journal of the American Medical Association, que vuelve a insistir en que los IBP, uno de los grupos farmacológicos más consumidos en España, no están exentos de riesgos. La deficiencia de B12 puede causar daños neurológicos y se asocia a osteoporosis. Dietas vegetarianas, la enfermedad de Crohn y alcoholismo incrementan el riesgo, pero también, ya se sabía, la administración a largo plazo de antiulcerosos, señalan a expertos consultados por CF, que resaltan que el estudio es una razón más para evitar excesos en su uso. No en vano, en España el omeprazol es el segundo principio activo más prescrito tras el paracetamol.
DOSIS-DEPENDIENTE Para el estudio, se compararon los datos de 25.956 adultos con este déficit con otros 184.199 que no lo sufrían. Los pacientes que tomaron IBP durante más de dos años presentaban una probabilidad un 65 por ciento superior. Además, se observó que esta relación era dosis-dependiente. El impacto del consumo de anti-H2 fue menos pronunciado, pero también significativo. El 4,2 por ciento de los pacientes con déficit de B12 tomaba estos fármacos a diario versus el 3,2 de los controles. Los autores sostienen que el estudio plantea la cuestión de si en determinados pacientes cabría vigilar los niveles de B12 con análisis de sangre dado que es fácilmente subsanable con suplementos. En mayores de 60 años, se estima que entre el 10 y el 15 por ciento lo sufren. Sin embargo, Francisca González Rubio, del Grupo de Utilización de Fármacos de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), no se muestra conforme con que se realice esta determinación a todas las personas que estén tomando estos fármacos de forma rutinaria. Más bien, se muestra partidaria de vigilar que sólo los reciban quienes los necesiten, e intentar que su uso sea por un periodo de tiempo determinado. Precisamente porque los años elevan la probabilidad de este déficit, la vigilancia de la B12 sería más estrecha en los mayores, señala González Rubio. Sin embargo, alerta, en personas jóvenes, además del uso del medicamento, se suman con frecuencia otros factores, como dietas poco equilibradas y/o consumo excesivo de alcohol, que pueden llevar niveles de B12 "poco deseables". Otro fármaco de uso frecuente que se asocia a este riesgo es la metformina, por lo que la asociación de ambos incrementarían el riesgo, alertan González Rubio y Camilo Silva, del Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra. No es la primera vez que se advierte del riesgo de déficit de esta vitamina en consumidores de IBP. Una revisión de estudios en Gastroenterology ya advertía de esta asociación en 2010. En 2011, la agencia estadounidense FDA alertaba de que incrementarían la probabilidad de déficit de magnesio . A éstos, Silva añade que ambas familias, al disminuir la secreción ácida, incrementarían el déficit de hierro y calcio, por lo que, a su vez, se relacionarían con más riesgo de osteoporosis, anemia o trastornos neurológicos.
Altamente Eficaces: Sin embargo, pese a que todo medicamento conlleva efectos adversos, Gonzalo Guerra Flecha, cirujano digestivo del Centro Médico Quirúrgico de Enfermedades Digestivas, en Madrid, recuerda que su introducción ha tenido un reflejo directo en la reducción de intervenciones por patologías ulcerosas. A este respecto, entiende que por parte del prescriptor especialista no sería necesario cambiar la práctica clínica. Otra cuestión, advierte, es la automedicación y que puede llevar a otros peligros, destaca, en pacientes con Sintrom. Otro riesgo más grave vendría derivado de la disminución drástica del ácido clorhídrico, "que hace que el estómago con el tiempo pueda desarrollar un proceso maligno", expone, pero "que se relacionaría con dosis muy altas y prolongadas en años". Recomendar la dosis más baja eficaz, revisar su indicación en ciertos casos o emplearlos a dosis intermitentes son recomendaciones de los expertos. Silva alerta de que cabría además garantizar un aporte adecuado de calcio y vitamina D en pacientes con osteopenia u osteoporosis.
Consecuencias óseas. En 2010, una revisión de estudios publicada en Gastroenterology ya advertía de que el uso a largo plazo de IBP se asocia a déficit de B12, hipergastrinemia que podría derivar en el aumento de la hormona paratiroidea y menor absorción. Todo lo anterior, resaltaba el trabajo, redundaría en una menor resistencia ósea. Otros riesgos asociados al uso de estos fármacos serían complicaciones hepáticas, riesgo de infecciones e interacciones con otros medicamentos. Ya entonces los expertos sugerían, a tenor de los riesgos, que cabría considerar la conveniencia, en especial en los mayores, de indicar suplementos de B12 y de calcio.
http://www.correofarmaceutico.com/2013/12/16/farmacologia/alertan-uso-largo-plazo-ibp-eleva-deficiencia-b12

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