martes, 10 de noviembre de 2015

Acné: otra enfermedad en la que afinar con el uso de antibióticos

Existe un arsenal eficaz para el acné que no siempre se aprovecha de forma adecuada. Es lo que se extrae de analizar con expertos españoles los resultados de un estudio publicado en la web de The Journal of the American Academy of Dermatology que concluye que en Estados Unidos se tendería a sobreprescribir antibióticos sistémicos y demorar injustificadamente el uso de isotretinoína, considerada la opción más eficaz pero que, por su potencial de efectos secundarios y teratogenicidad, está sujeta a vigilancia estrecha.
“Coincido absolutamente en el mismo diagnóstico”, destaca Ramón Grimalt,  profesor titular de Dermatología de la Universidad Internacional de Cataluña. El experto expone que es habitual toparse con pacientes que, tras años de terapias tópicas y sistémicas con antibióticos, llegan a la consulta y con unos meses de tratamiento con isotretinoína, “que generalmente es eficaz de por vida”, se preguntan por qué no la recibieron antes.
11 MESES
En el estudio americano, los investigadores, del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, analizaron los historiales médicos de 137 pacientes con acné severo que tardaron una media de 11 meses hasta que les fue prescrito el fármaco. El equipo de Seth Orlow alerta de la importancia de usar de forma responsable los antibióticos para no contribuir al problema de multirresistencias, pero no sería la única consecuencia del tratamiento ineficaz: puede acarrear cicatrices permanentes que afectarían psicológicamente al paciente.
En acné grave, Aurora Guerra, jefa de Dermatología del Hospital Doce de Octubre, de Madrid, y José Carlos Moreno, presidente de Honor de la Academia Española de Dermatología, coinciden en que los especialistas no experimentarían reticencias a recetar isotretinoína de entrada. “España ha sido siempre uno de los países en los que se ha prescrito isotretinoína con mayor agilidad”, defiende Guerra. La experta entiende que el tratamiento del acné ha mejorado en España notablemente en los últimos años, aunque todavía quedarían bolsas de pacientes que no consultan porque no conceden importancia a la enfermedad.
Pero, en el caso del acné moderado, detalla Moreno, hay una escala terapéutica progresiva que abarca tratamientos tópicos, antibióticos y, en el caso de la mujer, antiandrógenos. Los antibióticos orales se prescriben para aquellos pacientes que no responden al tratamiento tópico, explica Pablo de la Cueva, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Infanta Leonor, de Madrid. “Si son eficaces, se mantienen durante meses, o se hacen varios ciclos al año antes de iniciar el tratamiento con isotretinoína”. Por este motivo, alerta, “es importante identificar qué pacientes son buenos respondedores y en el caso de no ser así y tratarse de un acné de suficiente intensidad”, recurrir a este tratamiento oral.
Moreno encuentra otra vía de recortar la antibioterapia en acné: en su opinión, el primer aspecto que debería mejorarse sería el  abuso de las presentaciones tópicas: “Es la primera vía de tratamiento y se ha demostrado claramente que si no se combina con otras terapias, como serían el peróxido de benzoilo o los retinoides, es ineficaz y provoca resistencias”.
LOS PACIENTES LA PIDEN
Sus efectos adversos y su precio hasta la llegada del genérico habrían desincentivado la toma de isotretinoína, pero la situación estaría cambiando y son “muchos los pacientes que la demandan”, apunta Guerra.
Con todo, los expertos coinciden en que su prescripción debe seguir sujeta a control del especialista. De la Cueva aclara que antes de la prescripción es aconsejable realizar “un despistaje de ciertas patologías y una analítica de sangre, con estudio de triglicéridos, transaminasas y test de embarazo en caso de mujeres en edad fértil”. Los controles deben, además, mantenerse durante el tratamiento. Asimismo, añade Guerra, si el paciente presenta ciertas comorbilidades o características, como dermatitis atópica, piel sensible o psoriasis, las pautas deben variar. Además de que, gracias a la experiencia de uso, ya no se asocia a la formación de  pseudogranulomas piógenos (masas benignas).
La principal ventaja de los efectos adversos que provoca la isotretinoína “es que son perfectamente esperables y reversibles”, concluye Grimalt. En este sentido, expone que sería el fármaco sistémico que en dermatología provoca menos problemas, “desde luego menos que los antibióticos sistémicos”.

Correo Farmacéutico.com [en línea]. [Consultado el 09 de noviembre de 2015]. Disponible en:
http://www.correofarmaceutico.com/2015/11/09/farmacologia/acne-otra-enfermedad-en-la-que-afinar-con-el-uso-de-antibioticos

No hay comentarios:

Publicar un comentario