Existe un arsenal eficaz
para el acné que no siempre se aprovecha de forma adecuada. Es lo que se extrae
de analizar con expertos españoles los resultados de un estudio publicado en la
web de The Journal of the American Academy of Dermatology que concluye que en
Estados Unidos se tendería a sobreprescribir antibióticos sistémicos y demorar
injustificadamente el uso de isotretinoína, considerada la opción más eficaz
pero que, por su potencial de efectos secundarios y teratogenicidad, está
sujeta a vigilancia estrecha.
“Coincido absolutamente en
el mismo diagnóstico”, destaca Ramón Grimalt,
profesor titular de Dermatología de la Universidad Internacional de
Cataluña. El experto expone que es habitual toparse con pacientes que, tras
años de terapias tópicas y sistémicas con antibióticos, llegan a la consulta y
con unos meses de tratamiento con isotretinoína, “que generalmente es eficaz de
por vida”, se preguntan por qué no la recibieron antes.
11 MESES
En el estudio americano, los
investigadores, del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York,
analizaron los historiales médicos de 137 pacientes con acné severo que
tardaron una media de 11 meses hasta que les fue prescrito el fármaco. El
equipo de Seth Orlow alerta de la importancia de usar de forma responsable los
antibióticos para no contribuir al problema de multirresistencias, pero no
sería la única consecuencia del tratamiento ineficaz: puede acarrear cicatrices
permanentes que afectarían psicológicamente al paciente.
En acné grave, Aurora
Guerra, jefa de Dermatología del Hospital Doce de Octubre, de Madrid, y José
Carlos Moreno, presidente de Honor de la Academia Española de Dermatología,
coinciden en que los especialistas no experimentarían reticencias a recetar
isotretinoína de entrada. “España ha sido siempre uno de los países en los que
se ha prescrito isotretinoína con mayor agilidad”, defiende Guerra. La experta
entiende que el tratamiento del acné ha mejorado en España notablemente en los
últimos años, aunque todavía quedarían bolsas de pacientes que no consultan
porque no conceden importancia a la enfermedad.
Pero, en el caso del acné
moderado, detalla Moreno, hay una escala terapéutica progresiva que abarca
tratamientos tópicos, antibióticos y, en el caso de la mujer, antiandrógenos.
Los antibióticos orales se prescriben para aquellos pacientes que no responden
al tratamiento tópico, explica Pablo de la Cueva, jefe del Servicio de
Dermatología del Hospital Infanta Leonor, de Madrid. “Si son eficaces, se
mantienen durante meses, o se hacen varios ciclos al año antes de iniciar el
tratamiento con isotretinoína”. Por este motivo, alerta, “es importante
identificar qué pacientes son buenos respondedores y en el caso de no ser así y
tratarse de un acné de suficiente intensidad”, recurrir a este tratamiento oral.
Moreno encuentra otra vía de
recortar la antibioterapia en acné: en su opinión, el primer aspecto que
debería mejorarse sería el abuso de las
presentaciones tópicas: “Es la primera vía de tratamiento y se ha demostrado
claramente que si no se combina con otras terapias, como serían el peróxido de
benzoilo o los retinoides, es ineficaz y provoca resistencias”.
LOS PACIENTES LA PIDEN
Sus efectos adversos y su
precio hasta la llegada del genérico habrían desincentivado la toma de
isotretinoína, pero la situación estaría cambiando y son “muchos los pacientes
que la demandan”, apunta Guerra.
Con todo, los expertos
coinciden en que su prescripción debe seguir sujeta a control del especialista.
De la Cueva aclara que antes de la prescripción es aconsejable realizar “un
despistaje de ciertas patologías y una analítica de sangre, con estudio de
triglicéridos, transaminasas y test de embarazo en caso de mujeres en edad
fértil”. Los controles deben, además, mantenerse durante el tratamiento.
Asimismo, añade Guerra, si el paciente presenta ciertas comorbilidades o
características, como dermatitis atópica, piel sensible o psoriasis, las pautas
deben variar. Además de que, gracias a la experiencia de uso, ya no se asocia a
la formación de pseudogranulomas
piógenos (masas benignas).
La principal ventaja de los
efectos adversos que provoca la isotretinoína “es que son perfectamente
esperables y reversibles”, concluye Grimalt. En este sentido, expone que sería
el fármaco sistémico que en dermatología provoca menos problemas, “desde luego
menos que los antibióticos sistémicos”.
Correo Farmacéutico.com [en línea]. [Consultado el 09 de noviembre
de 2015]. Disponible en:
http://www.correofarmaceutico.com/2015/11/09/farmacologia/acne-otra-enfermedad-en-la-que-afinar-con-el-uso-de-antibioticos
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