miércoles, 3 de febrero de 2010

El riesgo de cáncer de insulina glargina debe analizarse mejor

La sospecha de un aumento del riesgo de cáncer en diabéticos que reciben insulina glargina ha hecho sonar las alarmas sanitarias. Sin embargo, expertos científicos europeos y estadounidenses piden prudencia y sensatez hasta que existan datos sólidos y no contradictorios.
La Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) ha realizado un llamamiento, a través de Diabetología, su órgano de difusión, para que se investigue la potencial relación entre la insulina glargina, un análogo de insulina comercializado como Lantus por Sanofi-aventis, y el ligero aumento del riesgo de cáncer, según datos de varios estudios realizados en Alemania, Suecia y Escocia. No obstante, y teniendo en cuenta que los resultados de los trabajos son contradictorios y no concluyentes, tanto la entidad europea como la Asociación Americana de Diabetes han pedido prudencia hasta que se efectúen próximas investigaciones.
La voz de alarma surgió a raíz del estudio alemán, en el que participaron 127.000 pacientes, y que detectó una relación "estadísticamente significativa", según el trabajo, entre los que habían recibido Lantus y a los que se les había diagnosticado cáncer. Comparados con las personas que usan dosis similares de insulina humana, por cada cien personas que recibieron insulina Lantus se diagnóstico cáncer a una persona más durante un promedio de un año y medio.
Resulta curioso que el aumento del riesgo dependía de la dosis administrada. Así, los que habían recibido una dosis de 10 U, la insulina Lantus sola incrementaba el riesgo de cáncer en un 9 por ciento, en comparación con insulina humana. Con la dosis de 50 U, el riesgo se elevaba al 31 por ciento.
Opciones razonables
En la investigación sueca se detectó que las mujeres que recibían la insulina glargina sola tenían un riesgo dos veces mayor de cáncer de mama. Sin embargo, los datos del trabajo escocés no encontraron aumento especialmente significativo de riesgo de cáncer y el inglés no halló relación alguna entre insulina glargina y cáncer.
Los profesores Edwin Gale, director de Diabetologia, y Ulf Smithm, presidente de la EASD, han puesto de manifiesto algunas limitaciones de los trabajos y han insistido en que ni Lantus ni otras insulinas provocan cáncer, "aunque se plantea la posibilidad de que la glargina podría hacer que las células cancerígenas ya existentes crecieran y se dividieran con mayor rapidez".
La EASD aconseja que los pacientes no suspendan la administración con insulina Lantus, pero que puedan considerar otras alternativas, sobre todo en caso de padecer cáncer o antecedentes de esta enfermedad, hasta que existan datos sólidos y concluyentes. Así, se puede contar, y siempre bajo control y criterio médico, con la opción de utilizar una insulina humana de acción prolongada o una combinación de insulina humana de acción prolongada y de acción rápida, dos veces al día, en lugar de un análogo una vez al día.
http://endocrinologia.diariomedico.com/2009/06/30/area-cientifica/especialidades/endocrinologia/

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