Cada año la incidencia de las enfermedades alérgicas en España aumenta un 1 por ciento. Se estima que existen entre 10 y 15 millones de alérgicos. "El 14,7 por ciento de las consultas de alergología están motivadas por alergia a medicamentos", ha dicho Tomás Chivato, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). Constituyen el tercer motivo de consultas de los pacientes que acuden al alergólogo".
Los datos recogidos en el informe Alergología, elaborado por la Seaic, indican que en la última década ha aumentado el número de pacientes afectados por una reacción de carácter alérgico a los medicamentos. Chivato ha explicado que "España cuenta con grupos de expertos de reconocido prestigio internacional y nos encontramos a la vanguardia en el estudio y el conocimiento de estas patologías. Destacan las investigaciones en torno a los mecanismos de desensibilización y las nuevas técnicas que mejoran el diagnóstico de la alergia a medicamentos y reducen el número de casos en que es necesario recurrir a las pruebas de provocación para detectar el fármaco implicado".
Los culpables
Los medicamentos que con más frecuencia están implicados en las reacciones alérgicas son los antibióticos betalactámicos (47 por ciento de las reacciones), seguidos de los antiinflamatorios no esteroideos (39 por ciento), las quinolonas, anestésicos locales, sulfamidas, tetracicilinas y macrólidos, según Nancy Ortega, del Hospital Doctor Negrín, en Las Palmas de Gran Canaria.
A pesar de que las primeras manifestaciones alérgicas a medicamentos pueden aparecer a cualquier edad, son más frecuentes en la mitad de la vida, probablemente por el incremento del uso de fármacos a partir de los 40-50 años. Y aunque no hay estudios que así lo hayan demostrado, en las casuísticas más amplias predomina la población femenina sobre la masculina.
La presentación en la infancia no reviste diferencias clínicas a la del adulto, pero Teófilo Lobera, del Hospital San Millán-San Pedro, de Logroño, y coordinador del comité organizador del simposio, ha añadido que "hay formas de reacción a medicamentos más frecuentes en la edad pediátrica, como el exantema morbiliforme por amoxicilina, que es una forma de presentación muy frecuente en niños, en la que coincide la toma de dicho antibiótico con la presencia de un cuadro viral".
Para evitar la reactividad cruzada Ortega destaca que "es muy importante realizar un estudio alergológico preciso, ya que muchas veces no sólo consiste en retirar el medicamento que le ha sentado mal al paciente, sino que hay que estudiar de forma exhaustiva otros fármacos similares para saber si el paciente los tolera". Así, un alérgico a la amoxicilina tiene una alta probabilidad de que reaccione a otros antibióticos betalactámicos (penicilina, ampicilina).
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