La ingesta habitual de zumo de mandarina puede disminuir el riesgo cardiovascular. Así lo han observado investigadores de la Universidad de Valencia, que han enfocado su análisis a la población infantil.
Redacción
29/09/2008
Investigadores del Departamento de Pediatría y Obstetrícia y Ginecología de la Universidad de Valencia, han examinado los efectos del consumo regular de zumo de mandarina en niños con hipercolesterolemia. Los investigadores administraron durante cuatro semanas a 48 pequeños de entre 8 y 12 años con hipercolesterolemia 500 mililitros de zumo de mandarina (dos tomas de 250 ml) sin alterar su dieta habitual. Los pediatras midieron los niveles de lípidos y proteínas en el plasma; además, controlaron biomarcadores derivados de la oxidación de lípidos, proteínas y los niveles de vitamina C y E.
Los autores del trabajo, que se ha publicado en Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition, han demostrado el aumento de la defensa antioxidante tras ofrecer a los niños un suplemento dietético de zumo de mandarina. “Escogimos una población de niños con hipercolesterolemia debido a que esta alteración va ligada al riesgo cardiovascular asociado al estrés oxidativo”, ha afirmado Pilar Codoñer, de la Universidad de Valencia.
Tras el estudio se analizó a los pequeños y se comprobó que su peso no había variado. Este dato contrasta con otras investigaciones anteriores hechas con otros zumos y en los que los niños aumentaron de peso. “El producto usado en nuestro estudio era zumo natural de fruta, sin edulcorantes ni conservantes y que no tiene nada que ver con otros zumos industriales”, explica Codoñer.
Zumo y medicación
El consumo de zumos en ocasiones puede interferir en la actividad de algunos fármacos, un hecho que ocurre por ejemplo con el zumo de pomelo y el antihistamínico fexofenadine. La unión del zumo con el medicamento hace que sólo se absorba la mitad del fármaco. Este hecho se debe a que el ingrediente activo del zumo de pomelo, la naringina, bloquea el OATP1A2, principal transportador de medicamentos del intestino delgado al torrente sanguíneo e impide la absorción del medicamento.
Hasta el momento se han analizado los zumos de pomelo, manzana y naranja que reducen la absorción de etoposida -un agente anticancerígeno-, algunos beta bloqueadores (atenolol, celiprolol y talinolol) -que se utilizan para el tratamiento de la presión sanguínea y prevenir ataques cardiacos-, además de la cyclosporina e incluso algunos antibióticos.
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