La inflamación crónica, que sería subyacete a varios tipos de cáncer, "explicaría la utilidad de los AINE contra el cáncer", afirma Mª del Pilar Fernández, profesora de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela. En la lista sitúa los de colon, vejiga, mama, estómago, esófago, pulmón y próstata.
COLON, EL QUE TIENE MÁS DATOS
En cuanto al cáncer de colon y recto, el estudio presentado en Boston mostraba en mujeres postmenopáusicas una incidencia menor y proporcional al uso en el tiempo de AINE. Otro estudio mostraba en The Lancet en 2010 un efecto protector de la toma de 75 mg AAS durante cinco o más años. Precisamente, la posible utilidad de estos fármacos en cáncer ha sido sobre todo investigada en colorrectal, recuerda Fernando Rivera, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica. Existirían datos que apuntan a una reducción del riesgo de desarrollar el tumor tanto en población sana como en sujetos con poliposis familiar, así como que se manifieste por segunda vez en pacientes ya tratados por el mismo tumor.
Asimismo, se planteó el uso de inhibidores directos de la COX-2 "junto con la quimioterapia para el tratamiento del tumor, pero los efectos cardiotóxicos frenaron los estudios".
Pero no es sólo una cuestión de toxicidad, advierte el experto. Es necesaria más investigación que definiera tiempos y dosis, y, "aunque ahora no es una línea prioritaria, es una vía que está ahí". Tras el colorrectal, el segundo efecto beneficioso de los AINE más probado por los estudios sería en los tumores de mama hormonodependientes y ovario.
Un estudio aparecido en marzo de 2010 en Cancer Epidemiology Biomarkers & Prevention sugería que el efecto se debería a la reducción en los niveles de estrógenos. Los resultados apuntaron a que la mayor frecuencia en el uso de analgésicos se relacionó inversamente con los niveles de estradiol, de estradiol libre, de sulfato de estrona y del ratio de estradiol y testosterona.
Mientras, en próstata, se ha sugerido que los AINE reducirían los niveles del antígeno prostático específico (PSA), el biomarcador más utilizado para la detección del cáncer de próstata. Así lo sugería en septiembre de 2009 un trabajo publicado en Cancer. Otros estudios han hallado asimismo una reducción en el riesgo relativo de desarrollar el tumor.
ANTES DE QUE SEA DETECTABLE
"Estos fármacos actuarían muy al comienzo, cinco o diez años antes de que el tumor sea mínimamente detectable", resalta Antonio Alcaraz, jefe de Urología del Hospital Clínico de Barcelona. Pero el interés que en su momento despertó la posible aplicación de los COX-2 "se ha ido diluyendo por la aparición de efectos secundarios tóxicos".
Otra relación estudiada ha sido la del efecto de estos fármacos en la prevención del cáncer no melanoma. Uno de los últimos, aparecido en verano en Journal of Investigative Dermatology, destacaba el efecto protector de los AINE frente al melanoma. Y en noviembre de 2010 se publicaba en Journal of the National Cancer Institute un estudio que apuntaba a la posible utilidad de celecoxib en la prevención de tumores de piel no melanoma en pacientes con lesiones precancerosas de queratitis actínica y considerados de alto riesgo de desarrollar el tumor.
UNA PAREJA INESPERADA
Últimos datos procedentes de investigaciones que relacionan AINE y paracetamol con cáncer. 1.PIEL. Se han publicado datos que apuntan a un efecto protector de la toma de AINE en cáncer de piel tanto melanoma como no melanoma. Celecoxib, en pacientes con lesiones precancerosas de queratitis actínica y considerados de alto riesgo de desarrollar cáncer de piel no melanoma, habría demostrado un efecto protector. 2.RIÑÓN. En este caso, el consumo de analgésicos se asociaría a un incremento del riesgo de desarrollo de carcinoma renal celular, que constituye el tipo de cáncer de riñón más frecuente. El último estudio presentado la semana pasada en Boston halló un incremento del riesgo con paracetamol y AINE, excepto la aspirina. 3.PRÓSTATA. Los AINE como el ibuprofeno y el AAS, se han asociado a una reducción en el riesgo de desarrollar este tumor. Además, también se ha visto que disminuiría los niveles del antígeno prostático específico (PSA), el biomarcador más utilizado para determinar el cáncer de próstata. 4.COLON. Numerosos estudios han demostrado que los AINE reducen el riesgo de desarrollar cáncer de colon en población general y en sujetos de alto riesgo. La semana pasada se presentaba un estudio en Boston que demostraba una incidencia menor de cáncer colorrectal en mujeres postmenopáusicas que tomaban AINE durante años. Cuanto más extendido era el consumo, mayor la protección. 5.MAMA Y OVARIOS. Las mujeres postmenopáusicas que toman AINE o paracetamol tendrían un menor riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovario debido a la reducción en los niveles de estrógeno. Así lo apuntaba un estudio publicado en Cancer Epidemiology Biomarkers & Prevention en marzo de 2010.
NAIARA BROCAL CARRASCO | naiara.brocal@correofarmaceutico.com | 31/10/2011 00:00
lunes, 31 de octubre de 2011
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